Amedida que pasan los días y nos adentramos en este nuevo año cargado de preocupantes perspectivas y perturbadoras incógnitas, se nos revelan nuevos motivos de inquietud comprobando que las continuas concesiones a los nacionalistas, como único sostén de la permanencia en el poder de este gobierno, no son la mejor solución para mantener un marco de convivencia ya que no hay día sin que falten las más osadas reivindicaciones, amenazantes proclamas e inadmisibles exigencias, animados por el impacto de su chantaje, sirviéndose del Congreso y la Eurocámara para injuriar a los jueces y tratar de intimidar a los poderes judiciales. En estas mismas páginas los hemos visto calificados de “pactos suicidas y disolventes con nacionalismos periféricos”. Una extorsión que el ejecutivo trata de solapar con su cacareada concordia y presunta vuelta al marco constitucional.

En la opinión de un entrañable amigo, y admirado poeta, “los independentistas vascos y catalanes tienen hoja de ruta y el resto de los partidos no” y les atribuye afanes imperialistas puesto que: “Unos quieren anexionarse Navarra y lo que llaman el país vasco francés y otros quieren los paisos catalans, que incluyen las Islas Baleares, la región valenciana y hasta Aragón. Y que a ninguna ciudad o pueblo de ambas regiones se le ocurra decir que no quieren formar parte de ese territorio porque utilizarían todos los medios en sus manos para impedírselo”. He ahí la necesidad de una lealtad constitucional como garantía de una legitimidad imprescindible en un Estado de Derecho, en un régimen incuestionablemente democrático.

Y ante esta problemática amenazadora e insistente los socialistas agudizan su victimismo alentando el miedo a Vox y la culpabilidad en todo del PP, agudizando su victimización hasta la histeria, ocultando los homenajes que se rinden a los etarras y otros desmanes en favor de sus terroristas (136 impulsó el partido de Otegi mientras pactaban con el gobierno, 466 actos de apoyo a ETA en 2023, fomentando el culto a sus ejecutores) y todo ello con la complicidad de los medios al servicio del gobierno con su política de desinformación u ocultación de ciertas noticias. Los absurdos y ridículos apaleamientos a un muñeco hacen el juego a las izquierdas que van gimiendo y lamentándose por los medios afines, contribuyendo al aumento de la polarización dominante. Y con el masoquismo de Vox convirtiéndose en la rémora o némesis del PP, según se mire.

Juanma Moreno no debiera fiarse de cierta crítica mediática andaluza, vendida tiempo atrás al anterior gobierno, azuzando enfrentamientos internos y presuntas insidias con la dirección del partido tras la caída de su cúpula del senador Elías Bendodo, poco convincente por otra parte, que han provocado esas especulaciones interesadas y que forman parte de ese mismo juego izquierdista al que se prestan siempre ciertos articulistas e informadores perfectamente conocidos

En resumen: un ectoplasma delirante.

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