Los ateneos, creados con objetivos de investigación y divulgación cultural, han ocupado un lugar destacado en el apoyo a la creación artística y literaria. Como botón de muestra, baste recordar el homenaje que el Ateneo de Sevilla rindió en 1912 a un Juan Ramón Jiménez, todavía muy joven, que ya había dado pruebas de la excelencia que la historia de la poesía había de reconocerle. En el año 2009, cuando el Otoño Cultural Iberoamericano (OCIb) tuvo a Puerto Rico como invitado de honor, el Ateneo Puertorriqueño nos envió una delegación con sus directivos, conferenciantes, un grupo de teatro y otro de música de cámara, que dejaron constancia de la gran vitalidad de la cultura hispánica en un país que, significativamente, fue la patria de acogida de Juan Ramón y Zenobia. También se produjo en aquella ocasión un acto de hermanamiento entre los ateneos de Puerto Rico y de Sevilla. El mayor mérito de estas iniciativas corresponde a Ramón-Darío Molinari, director de la Casa de Puerto Rico en España y gran amigo del OCIb, siempre dispuesto a impulsar las relaciones culturales entre ambos países.

Hace unos días ha sido el Ateneo español de México el que ha recibido en su sede a una delegación del OCIb. El recibimiento no ha podido ser más cálido. Si cuando nació en 1949, creado por españoles exiliados por la crueldad de nuestra guerra incivil y generosamente acogidos en la nación mexicana, pudo considerarse como una entidad que mantuvo con toda dignidad la libertad intelectual que se negaba a los que permanecían en nuestra patria, hoy, desaparecidas las barreras que la Dictadura imponía al pensamiento, ejerce una excelente labor en pro de la cultura común. Es reconocido el papel que los transterrados españoles -artistas, escritores, maestros, profesionales muy cualificados,…- ejercieron en el panorama cultural del México de la época. El Ateneo español "ha sido y será un centro de encuentro, comunicación, preservación y difusión del legado del exilio español en México", que ha recogido, clasificado y puesto a disposición de los estudiosos una extensa documentación que da fe de esa función, manteniendo vivo ese capítulo trascendente de nuestra historia. Su Mesa Directiva ha manifestado su interés en establecer una estrecha relación con el OCib y, a través de ella, fomentar la cultura, el mejor antídoto contra la irracionalidad, el fanatismo y la intolerancia.

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