Ya tenemos versión definitiva y videoclip oficinal de La Venda, la canción con la que Miki representará a España en Eurovisión. Tras escuchar el tema y ver el video la sensación es que transmite buen rollo, pero ya está. La de RTVE no es una candidatura potente, ni una propuesta en la que se pueda confiar para por lo menos estar en la primera mitad de la tabla.

Este año el principal error fue proponer a los chicos de OT como candidatos para viajar a Tel Aviv el próximo mes de mayo. Probablemente la decisión se tomó demasiado pronto y la opinión de Natalia, Alba y compañía no importó nada. A partir de ahí se sucedieron una serie de hechos que han convertido a Miki en un candidato de rebote al que no le queda otra que representar a España en Israel. La mayoría de concursantes manifestó su rechazó a ir al Festival, las canciones propuestas no transmitían nada y la que parecía que iba a ser la ganadora, Muérdeme de María, se quedó en el camino ante la negativa de la triunfita de convertirse en la sucesora de Amaia y Alfred. Y entonces, de rebote, llegó Miki. Lo cierto es que de todas las propuestas que se escucharon en la soporífera gala especial de OT para elegir al representante, la del catalán era la única que animaba a levantarse del sofá y bailar. Pero de ahí a que sea una buena opción hay una gran diferencia.

El videoclip es el claro ejemplo de que estamos ante algo parecido a Manel Navarro y su Do it for your lover. Y no solo por las camisas que está luciendo Miki en sus últimas apariciones. Principalmente porque es un video simple (que no sencillo). Tan simple que se limita a mostrar a un Miki dando vueltas y poniendo toda su energía (oye, el muchacho le pone ganas y ese es uno de los puntos a favor de la candidatura), y a varios jóvenes bailando con él. Vamos, un guateque. Ya está. Con ver los primeros veinte segundos es suficiente porque lo que sigue es todo igual. Tampoco había que llegar al vuelo de Amaia y Alfred del año pasado o al tigre que acompañaba a Edurne, que no tenían ningún sentido. Pero algo un poco más arriesgado y una historia con hilo conductor no hubiera estado mal. Habrá que esperar a ver cómo es la puesta en escena de su actuación. Visto lo visto podemos esperar cualquier cosa.

Por sacar algo positivo, además de la energía de Miki, tenemos el mensaje. Al menos se trata de un mensaje positivo, que anima a disfrutar de la vida, a quitarse la venda y a que cada uno se muestre tal y como es. Los europeos no entenderán nada, pero por lo menos nosotros disfrutemos de la noche en la que Miki representará a España en Eurovisión gracias a la letra. No hagamos leña del árbol caído. No es necesario dejarnos la venda puesta para no ver la actuación.

Y después, a pensar en 2020. Quizá el año que viene sea el momento de Blas Cantó, de Diana Navarro, o incluso Mirela, la eterna candidata. Probablemente tampoco conseguiríamos estar entre las mejores posiciones. Pero por lo menos la sensación sería de haber llevado una buena candidatura con un trabajo bien hecho. De momento este año con que en el guateque no haya gallo será suficiente.

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