Cultura

El magisterio disperso

Parece indiscutible situar a Román Gubern (Barcelona, 1934) en la vanguardia y el epicentro de los estudios teóricos y académicos sobre el cine y la cultura audiovisual en nuestro país. Maestro de maestros, catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona, guionista (para Aranda, Camino, Herralde o Mercero y numerosas series de TV), gestor cultural (fue director del Instituto Cervantes de Roma) e intelectual de referencia (su currículo da vértigo), Gubern abría allá por los años 60, en plena efervescencia de la posmodernidad, desde los bordes de la clandestinidad y la contracultura del franquismo, siempre en contacto con el exterior (fue profesor en varias universidades de Estados Unidos), la gran autopista por la que habrían de transitar las principales corrientes de investigación (historiográfica, estética, política, semiótica, tecnológica) que han legitimado al cine, la televisión, el cómic (al que ha dedicado libros fundacionales en nuestro país como El lenguaje de los cómics y El discurso del cómic), el cartel y otras manifestaciones de la cultura popular de los siglos XX y XXI, incluida la pornografía, como materia esencial de los estudios universitarios, con la fundación de las facultades de Comunicación, desde la que España se puso al día y absorbió las disciplinas que ya avanzaban con rigor y larga tradición en otros países occidentales.

Resulta, por tanto, bastante alentador que, ahora que se redefinen drástica y dramáticamente los contenidos y trazados de los planes de estudios universitarios en la materia (el propio Gubern participa del desencanto generalizado en la reciente publicación colectiva La Universidad cercada. Testimonios de un naufragio), aparezca Cultura audiovisual, libro de compilación de artículos dispersos escritos entre 1981 y 2011, muchos de ellos (hasta 14) inéditos, procedentes de colaboraciones en prensa, revistas, conferencias o ponencias en congresos, que no sólo ponen de manifiesto el amplio abanico de temas y asuntos tratados y analizados por la siempre lúcida y divulgativa pluma de Gubern a lo largo de su dilatada carrera, sino la propia deriva, algunos dirían que natural y lógica, que pone de manifiesto primero el esplendor omnívoro y luego el paulatino declive del cine dentro de la cultura visual del siglo XX y en el seno de la tradición académica de nuestro país, para ir dando paso, poco a poco, a esas otras manifestaciones, englobadas en lo que podemos llamar ya "el Audiovisual", que, desde pequeñas parcelas, ya sin un ánimo totalizador, ontológico o humanista, han ido ocupando el foco, los diseños curriculares y el interés de las nuevas generaciones de especialistas e investigadores en comunicación.

Como señala en el prólogo Jenaro Talens, compañero de aventuras en esta larga batalla de legitimación científica del cine y el audiovisual en la Academia y la bibliografía españolas, "el cine no era para él, ya desde sus inicios como investigador, un objeto aislado sino un lugar desde el que pensar y problematizar su relación con el mundo". Se entiende así mejor el recorrido y las paradas de estos textos, divididos por el propio autor, un auténtico "testigo visual de los hechos", en cuatro grandes bloques.

Cultura audiovisual (Cátedra) se acerca primero a cuestiones relativas a la teoría y la historia del cine (de la que Gubern sentó un referente aún hoy revisitado en aquel manual, Historia del cine, popularizado en su edición de Lumen en 1971). Luego al cine norteamericano como principal conformador del imaginario, la mitología y la ideología en el epicentro del siglo XX, en una serie de textos que prologan o desarrollan ideas de otros libros como Homenaje a King Kong, La caza de brujas en Hollywood, Espejo de fantasmas o Hollywood, fábrica de sueños. En tercer lugar, a las relaciones entre cine y cultura de masas en España, otro de sus temas predilectos, de abundante y esencial bibliografía específica (ahí están sus estudios sobre el cine de la II República, el cine español en el exilio, sobre Raza y el cine franquista, sobre Benito Perojo, Luis Buñuel, Carlos Saura o Val del Omar, o sobre las relaciones entre el cine y la literatura a través de la Generación del 27). Y, por último, a la cultura de la imagen en general y a aspectos diversos de las industrias audiovisuales y sus tecnologías, con especial atención a las transformaciones producidas en el tránsito de lo analógico a lo digital, tal y como ponen de manifiesto libros como La mirada opulenta, Patologías de la imagen, Del bisonte a la realidad virtual, El eros electrónico o Metamorfosis de la lectura y un buen puñado de artículos recogidos aquí que desgranan procesos como la difusión de la telefonía móvil, la comercialización de la realidad virtual, la expansión de internet y las redes sociales, el auge de los videojuegos, la robótica o la emergencia del libro electrónico.

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