Con prólogo del poeta granadino Daniel Rodríguez, En sus dedos, el mar (Ediciones Letra Clara, 2013), es el primer poemario de Maite Salcedo (Granada, 1965). Sus confesiones poéticas y diarias pueden leerse en su blog "A orillas del Rhin" donde "vive en el nombre" (en referencia a su poema Vivir en un nombre) de Erato, al igual que la musa de la poesía amorosa. Este primer libro de poemas supone una reivindicación sencilla del amor y la ternura, expresada en símbolos tan populares como el mar o el río, el rumor de una alameda o el olor del primer café de la mañana.
-¿Cuál es la importancia de llamarse Erato?
-Erato es la musa de la poesía amorosa. En torno a ella giran mis palabras. Quienes amamos la poesía llevamos una Erato camuflada en la piel.
-¿Aguas fluviales o marítimas?
-¿Qué mar no contiene la calma y la belleza de nuestros ríos? A él van a parar todos ellos, como dijo el poeta en otros tiempos.
-¿La frialdad del río Rhin o la calidez del mar Mediterráneo?
-El Rhin guarda una historia personal llena de magia. Sus paisajes nunca serán fríos para mí. El Mediterráneo es la historia de un pueblo que configura un carácter y al que me siento orgullosa de pertenecer. Pero eso ya lo cuenta mejor alguien como Serrat, que ama tanto este mar como yo.
-¿Su reciente poemario constituye su particular 'cuaderno de bitácora'?
-Sin duda alguna. Es mi manera particular de contar la vida que siento.
-Cuando decidió navegar hacia su aventura poética, ¿lo hizo sólo con lo puesto, o hubo algo que no pudo abandonar?
-Me gusta viajar ligera de equipaje pero qué duda cabe que todos llevamos algo que elegimos no abandonar nunca. Hay que saber elegir bien lo que te ayuda a crecer y lo que no.
-¿En sus dedos está el mar?
-En mis dedos y en aquellos que saben crear vida, en los que dan sin esperar nada a cambio. En todos los dedos habita un océano. Muchas veces se trata de saber encontrarlo.
-¿El amor es la mejor de las anclas?
-Prefiero creer en compartir timones o remar al unísono hacia un mismo objetivo.
-¿El mar es el espacio dónde todos confluimos?
-De allí venimos y allí por suerte volveremos.
-¿Las ánforas son lugares dispuestos para la soledad?
-Me temo que sí. Hay muchas cosas que son bellas a pesar de esa soledad.
-En este momento, ¿qué arrastran las olas?
-¿A parte de cuerpos que deberían pesarnos a todos? Una gran desazón y mucho escepticismo.
-¿Será, entonces, tiempo de remar a contracorriente?
-Siempre hay que ir contracorriente cuando algo no funciona y aunar fuerzas o esto se hunde.
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