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Fin de la saga ¿o no?

Millennium 3. CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: 'Luftslottet som sprängdes'.- Producción: Suecia, 2009.- Duración: 148 minutos.- Dirección: Daniel Alfredson.- Guión: Jonas Frykberg y Ulf Ryberg basado en la novela de Stieg Larsson.- Fotografía: Peter Mokrosinski.- Música: Jacob Groth.- Montaje: Hakan Karlsson.- Intérpretes: Michael Nyqvist, Noomi Rapace, Johan Kylén, Annika Hallin, Michalis Koutsogiannakis, Per Oscarsson, Andres Ahlbom, Lena Endre, Sofia Ledarp, Tanja Lorenzont.

La razón de esta tercera entrega de la famosa saga de Millenium es la razonable consecuencia, sobre todo, del éxito absolutamente comercial de sus predecesoras, hasta agotar la clamorosa acogida de los libros que la originaron las supervendidas novelas de Stieg Larsson, un éxito sin precedentes en la literatura popular nórdica. Es el final de una historia controvertida en su desarrollo narrativo, enigmática en su farragoso discurso y compleja en su argumento, que, ¡por fín!, en este definitivo, excesivo y largo capítulo, nos descubre las claves para poner en orden esa batahola de datos, circunstancias, tramas y subtramas que hemos venido soportando hasta ahora.

Estamos ante el desenlace de las aventuras de Lisbeth Salander, la llamativa hacker lésbica con sus aires de punkette de diseño que no hace ascos a cualquier asesinato que se le ofrezca. En esta historia, parece que concluyente y decisiva la tensión llega a su máximo punto álgido. La protagonista ha conseguido salir indemne de su enterramiento. Ha sido intervenida urgentemente en un hospital de Gosseberga donde se le extrajo una bala del cerebro. Por otra parte Zalachenko ha ingresado en el mismo centro hospitalario. Pero la grave situación que viven padre e hija parece ocultar la trama criminal que se deriva de las actividades secretas por parte de un sector en la sombra de los policías y la implicación de altos mandos de las fuerzas de seguridad suecas. El periodista Mikael Blomkvist seguirá sus investigaciones para esclarecer los hechos delictivos, con cierta colaboración de algunos policías. Pero las calamidades no han terminado para la protagonista, acusada de un triple asesinato.

Largo, excesivo relato, que trata de condensar a duras penas las novecientas páginas que tiene la novela, la más larga de esta prolija trilogía. Y si las anteriores fueron especialmente farragosas y complicadas en su narrativa, por tratar de contar demasiadas cosas en el menos tiempo posible, ésta llega al paroxismo en ese mismo aspecto o quizás mucho más. Esto lo saben muy bien los pacientes lectores de estos libros. Aquí parece que todo queda reducido a un intento de dilucidar los enigmas del jeroglífico. Se van situando las piezas convenientemente dentro de los conductos sinuosos propios de esta intriga o thriller amoral, tremendamente barroco con aires de conspiración.

Esta claro que con respecto a las entregas anteriores ésta de tan largo título como las precedentes, Millennium 3: La Reina en el Palacio de las corrientes de aire, queda muy por debajo de ellas, no porque éstas fueran un dechado de perfección en su género, que no lo eran, pero como consecuencia de un éxito de lectura fácil de tercer nivel, al menos lograban seguir una pauta intrigante y apasionante a ratos. Pero esa eficacia narrativa con atisbos bergmanianos casi imposibles, connotaciones de serie televisiva de alto nivel, con un look pretencioso y todo su componente de corruptelas políticas, podredumbres policiales, indigencias morales y sociales, penurias humanas y e instintos criminales, parece que le han venido demasiado grandes y sobre todo demasiado fatigosas al realizador Daniel Alfredson, pese a todos sus esfuerzos por lograr una realización correcta.

Pero ¿es éste realmente el final? Permitan que lo dude.

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