Tras el lanzamiento inicial de la versión SL 43 de 390 CV, que recurre a un motor de 2.0 microhibridado, o las posteriores SL 55 y 63 4Matic+ de 476 y 585 CV, respectivamente, ambas con un 4.0 V8, ahora el descapotable de Mercedes-AMG recibe la variante SL 63 S E Performance.
A diferencia de las otras dos situadas justo por debajo y presentadas a lo largo de 2022, al motor de gasolina de 612 CV y 850 Nm que está combinado con una caja automática de nueve velocidades ahora se le asocia un alto nivel de electrificación en tanto que se integra junto a él un motor eléctrico de tipo síncrono asociado a una transmisión de dos marchas en el eje trasero con una potencia de 204 CV (150 kW) y un par máximo de 320 Nm.
Está alimentado por una batería de iones de litio de 6,1 kWh que puede proporcionar una autonomía eléctrica de 13 km. De ahí que, aunque se trate de un híbrido que puede recargarse mediante la conexión a la red eléctrica -admite cargas con corriente alterna con una potencia de hasta 3,7 kW-, tenga en su parabrisas la etiqueta Eco de la DGT y no la 0, como es usual en la mayoría de PHEV en tanto que lo usual en éstos es que puedan recorrer con su energía más de 40 km.
La combinación de ambos motores proporciona en el Mercedes-AMG SL 63 S E Performance una potencia de 816 CV y un par máximo 1.420 Nm, así como permite contar con tracción total: el eje delantero está movido por el motor de gasolina y el trasero por el eléctrico, si bien éste puede enviar a través de un árbol de transmisión su empuje también a las ruedas anteriores.
El Mercedes-AMB SL 63 S E Performance puede acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9 s y tiene una velocidad máxima de 317 km/h. Para conseguir que sea estable a alta velocidad, Mercedes ha dispuesto de varios elementos de aerodinámica activa. Cuenta, por tanto, con un perfil de carbono oculto en los bajos de la carrocería que baja 4 cm a partir de los 80 km/h, creando el efecto Venturi. En la trasera, también hay un alerón extensible integrado en la tapa que, también desde esa misma velocidad, puede tomar cinco ángulos diferentes para bien optimizar la estabilidad o bien reducir la resistencia aerodinámica.
Asimismo, este Mercedes-AMG SL tiene una suspensión con estabilización activa del balanceo gracias al AMG Active Ride Control -tiene amortiguadores regulables con elementos hidráulicos interconectados entre sí- y dirección a las cuatro ruedas que proporciona más maniobrabilidad a baja velocidad o estabilidad a medida que se aumenta ésta. Estas son de dimensiones 265/40 R20 en el eje delantero y 295/35 R20 en el trasero.
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