Historias del fandango

De tal palo...

Venta Eritaña

Venta Eritaña / M.G (Huelva)

La escasa información publicada sobre ambos confunde a veces al veterano cantaor benamejicense con su hijo, Salvador García Cordón (1872-1954), cantaor también que vivió en Sevilla y que, sin alcanzar la fama de su padre, sí que fue reconocido por sus amplios conocimientos de los cantes, que había heredado, así como sus facultades, de su progenitor. De hecho, cuando en las bases del Concurso de Granada de 1922 se establecía que no podían participar los profesionales, los artistas más jóvenes se manifestaron contrarios y Manuel Centeno advertía, en el diario El Liberal, que los cantes primitivos que se pretendían recuperar solo los conocían dos cantaores profesionales veteranos: Salvaorillo hijo y José Villalba [1].

[1] El Liberal, 9 junio 1922 [1] El Liberal, 9 junio 1922

[1] El Liberal, 9 junio 1922 / S.H. (Huelva)

Dice Manuel Bohórquez que Salvaorillo hijo “fue un cantaor fundamental en la formación de Antonio Mairena, aunque éste nunca lo reconociera, quizás porque no era gitano”. Lo cierto es que su ayuda al de los Alcores se extendió más allá de enseñarle determinados cantes, porque en 1941 lo acompañó a Barcelona haciendo funciones de manager para su primera grabación, cuando todavía lo apodaban Niño de Mairena.

Actuaciones

De 1907 es una reseña que encontramos en la prensa cordobesa, a propósito de una actuación suya en el Teatro Circo, que al crítico del periódico no debió gustarle [2].

[2] El Defensor de Córdoba, 14 septiembre 907 [2] El Defensor de Córdoba, 14 septiembre 907

[2] El Defensor de Córdoba, 14 septiembre 907 / M.G. (Huelva)

En 1915, año en el que dijo Manolo de Huelva que falleció su padre en Madrid, hay otra reseña periodística de una fiesta andaluza en la popularísima Venta de Eritaña sevillana, en la que Salvaorillo hijo participó junto a Manuel Torre (Manolito, le llaman en la reseña) y otros artistas [3].

[3] El Liberal, 24 abril 1915 [3] El Liberal, 24 abril 1915

[3] El Liberal, 24 abril 1915 / M.G. (Huelva)

En 1926 lo encontramos contratado para cantar en el ágape de una boda en Córdoba; se casaba un funcionario de la Dirección General de la Guardia Civil [4].

[4] Diario Gráfico de Información, 13 febrero 1926 [4] Diario Gráfico de Información, 13 febrero 1926

[4] Diario Gráfico de Información, 13 febrero 1926 / M.G. (Huelva)

En 1932 participó en un festival benéfico de ópera flamenca, en el Circo Barcelonés, a favor del representante flamenco Soler, con más de cuarenta artistas. Le llamaron Salvaorillo el Cantador y en el evento participaron, entre otros, la joven bailaora Carmen Amaya, conocida como “la capitana” , los cantaores Guerrita, el Niño de la Calzá y el Cojo de Málaga [5].

[5] La Vanguardia, 12 octubre 1932 [5] La Vanguardia, 12 octubre 1932

[5] La Vanguardia, 12 octubre 1932 / M.G. (Huelva)

Pepe Marchena contó en una entrevista, haciendo memoria de su vida artística, que Salvaorillo hijo fue uno los cantaores con los que actuaba en la capital hispalense a principios del siglo XX [6].

[6] ABC de Sevilla, 12 diciembre 1972 [6] ABC de Sevilla, 12 diciembre 1972

[6] ABC de Sevilla, 12 diciembre 1972 / M.G. (Huelva)

Su singular muerte

Salvaorillo hijo tuvo una muerte singular. Contó Virginia Harrisson que ella y su marido Marius de Zayas, grandes aficionados y mecenas del flamenco, buscaban a un cantaor viejo que les había dicho Manolo de Huelva que era el único que sabía cantar la debla antigua. (Según el guitarrista onubense, la debla grabada por Tomás Pavón en los años treinta no era la auténtica; de ahí el interés en localizar al último conocedor de ese antiguo cante, que era Salvaorillo). Lo encontraron en un asilo de ancianos de Carabanchel, Madrid, en 1954. Era Salvaorillo hijo. Y con la intención de agasajarlo, para después escucharlo cantar, lo llevaron a cenar al hotel, pero se le olvidó tomar las pastillas para su tratamiento. Salvaorillo pidió un bistec y vino tinto. “No sabíamos –contó la señora Harrisson- que él no debía comer más que sopa por la cena. Cuando puso la carne en su boca y un trago de vino, se cayó hacia adelante, encima de su plato en la mesa. Lo llevaron al salón y llamaron al médico. No estaba bien, pero todavía estaba vivo, sentado en una butaca... " [7].

[7] Declaraciones de Virginia Harrison de Zayas [7] Declaraciones de Virginia Harrison de Zayas

[7] Declaraciones de Virginia Harrison de Zayas / M.G. (Huelva)

Finalmente, con la súbita muerte de Salvaorillo se perdió sin poder ser grabada la debla antigua [8].

[8] Virginia Randolph Harrison, 1953 [8] Virginia Randolph Harrison, 1953

[8] Virginia Randolph Harrison, 1953 / M.G. (Huelva)

Ni al padre ni al hijo les hizo justicia flamenca la historia, pues la labor de ambos como maestros de los que serían eminentes figuras (Chacón y Mairena) no fue ni siquiera reconocida por éstos como se merecieron.

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