Huelva de ayer a hoy

Una historia de amor en El Conquero

  • El proyecto del Plan Edusi comienza a desarrollarse, aunque nada se conoce de las indicaciones del Masterplan aprobado para esta zona privilegiada

En El Conquero es fácil enamorarse de Huelva. Aquí el latido es hermoso. La mirada se va ladera abajo, hasta las marismas; un horizonte azul de cielo, bañanado de sal.

Un amor que no es nuevo, pero que sí se fue engrandeciendo gracias al amor que sobre él pusieron ediles que desde hace un siglo pensaran en crear aquí el hermoso paseo que lleva al santuario de Nuestra Señora de la Cinta. Por Las Colonias es una media legua corta, por arriba solo un suspiro que tiene aromas infinitos en la mañana agosteña, en la que Huelva amanece con su Patrona por este paseo que comparte con Manuel Siurot, aquel maestro bueno de niños pobres.

Los faustos del 92 trajeron un rosario de miradores que el tiempo y el desinterés los dejó en el olvido y en máximo deterioro.

El Ayuntamiento, de la mano del ‘señor’ Edusi (Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado de Huelva), está devolviendo el latir a El Conquero. En La Cinta las actuaciones van llegando a su fin, no sin sobresaltos. En el mirador de la Patrona nos recrearemos otro día.

Ahora se inicia la actuación que continuará en los otros miradores y en las laderas, marcados por el Masterplan Laderas y Huertos del Conquero, del que no se conoce nada. No se sabe si es porque no sirve para nada y no se quiere asustar al personal, o porque no deseen que les copien las ideas.

Lo cierto es que en el mirador del repetidor del Alto Conquero ha comenzado todo y de qué manera. Aquí estaba uno de los llamados miradores del 92, en el que se abría un balcón hacia el infinito, sobre el mismo aire del cabezo, para enmarcar en una estructura de hormigón la puesta de sol.

El deterioro se fue adueñado desde hace décadas -antes de que llegara la actual corporación, que todo hay que decirlo-. La estructura metálica, en determinadas partes, podía estar en deterioro irreversible, pero lo cierto es que la de hormigón se levantaba airosa, pero igualmente triste porque nadie repuso los azulejos que se iban cayendo. Ahora no se reparó algo que estaba asumido en el paisaje del Conquero, se eliminó directamente.Lo mismo que en la ladera de la Fuente Vieja, se arrasa con el sotobosque que tanto valor le ofrece.

Quedan otros miradores y qué duda cabe, deseamos y confiamos que se le aporte a El Conquero todo el amor que merece.

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