2007

Una enorme burbuja a punto de estallar

La etapa de bienestar y abundancia que estaba viviendo España desde hacía casi una década estaba a punto de tocar a su fin sin que pudiéramos siquiera imaginarlo. En 2007, la economía española seguía creciendo, pero menos, y comenzaban a detectarse pequeños desequilibrios a los que, lamentablemente, pocos prestaron atención: menor dinamismo en la demanda interna, déficit exterior, baja competitividad, una cada vez mayor precariedad laboral, la desaceleración del crédito a las familiasy las empresas y sobre todo, una excesiva dependencia de la construcción como base de todo nuestro sistema.

La efervescencia económica de aquellos años tenía una incidencia directa sobre quienes no se dedicaban a la especulación, es decir, los que seguían viviendo de un sueldo. Los precios aumentaban y aunque algunas administraciones, como el Ayuntamiento de Huelva, pusieron ese año en marcha medidas como la congelación de los impuestos municipales para compensar el mayor coste de la vida, lo que desde luego se estaba convirtiendo en un gasto inasumible eran las hipotecas.

Los tipos de interés subían como la espuma. En 2007, el Euribor alcanzaba el 4,25% -hoy es del 0,519%- y pagar la vivienda, casi siempre comprada muy por encima de su valor real, estaba empezando a suponer un grave problema para los españoles. No faltaba mucho para que la inmensa burbuja inmobiliaria en la que se había convertido el país reventara como un ciquitraque y se desvelara el enorme agujero de la banca.

La población española, mientras tanto, no paraba de crecer gracias a la cada vez mayor afluencia de extranjeros. Cada año llegaban a nuestro país unas 500.000 personas. Muchas de ellas procedían de países como Rumanía y Bulgaria, que precisamente en 2007 estrenaron su condición de miembros de la UE.

En Portugal se produjo en mayo la desaparición de la niña británica Madeleine McCann, a día de hoy todo un misterio. Poco antes, en Estados Unidos, un estudiante asesinó a 33 personas en la Universidad Estatal de Virginia, la mayor masacre acontecida en una universidad norteamericana hasta ese momento.

La primera visita de la familia real a Ceuta y Melilla supuso un acontecimiento para los habitantes de las ciudades autónomas y un pequeño rifirrafe diplomático con el gobierno de Marruecos, aunque nada comparado con el enfrentamiento abierto que don Juan Carlos mantuvo con el difunto Hugo Chávez en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado. Aquel "¿por qué no te callas?" se convirtió en un fenómeno social que aún se recuerda.

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