Huelva

El receso de la construcción por el coronavirus costará unos 11 millones a los empresarios de Huelva

  • La paralización de las obras afecta a 11.000 trabajadores

  • El sector se queja por las medidas del Gobierno

Una obra paralizada en la capital onubense.

Una obra paralizada en la capital onubense. / Josué Correa

La orden del Gobierno de España paralizar el sector de la construcción ha afectado a 11.000 trabajadores de la provincia de Huelva que han tenido que volver a sus casas. Esto tendrá un coste para los empresarios onubenses de unos 11 millones de euros, que saldrá de sus tesorerías y que pondrán “sin poder trabajar”. Así lo explica a Huelva Información el presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción, Javier Mateo, quien remarca que las empresarias “van a perder su liquidez para pagar salarios sin facturar”.

Lo que no comprenden desde el sector es que tras la obligación del cierre de obras, las empresas no puedan acogerse a un Erte “a causa de fuerza mayor”, sino que se aplica el permiso retribuido, que “son horas que tiene que devolver el trabajador porque va a estar cobrando”. Aunque estoy último presenta muchas dudas para Mateo puesto que se desconoce de qué manera se van a devolver esas horas.

“Si nos obligan a cerrar entonces tendría que ser como a los demás –con la posibilidad de hacer un Erte por fuerza mayor–. Ahora no me dejan hacer nada y si es un Erte no es en las misma condiciones ni a la misma velocidad”. Si se hubiese hecho la semana pasada, explica Javier Mateo, “tampoco hubiese sido en las mismas condiciones”.

Cierto es que el sector de la construcción continuó trabajando tras decretarse el estado de alarma. Un hecho que estaba en los planes del sector pero pidiendo que se hiciera con las medidas de protección y seguridad convenientes. En esta línea hubo incluso problemas en aspecto del logro de mascarillas y protección. También estaba el problema del almuerzo ya que al encontrarse la hostelería cerrada los trabajadores no podían ir a ningún establecimiento.

Ante estas circunstancias la semana pasada se firmó un convenio para que el sector trabajase en una jornada intensiva con el objetivo de que los trabajadores “no estuviesen hasta las 18:00 en la calle y pudieran comer en su casa”. Siempre mirando, como es lógico, por la salud de los trabajadores. La pasada semana también se estaban produciendo otros impedimentos a la hora de continuar los trabajos de obras puesto que el sector de la construcción empezó a tener problemas de suministros. Y es que una amplia parte de los negocios donde se venden materiales y herramientas se encontraban cerrados debido a la obligación del decreto de alarma. Esto conllevó a que la normalidad dejase de existir en las obras y tampoco se podía realizar un ERTE en las mismas condiciones que el resto de empresas y negocios que ya estaban cerrados, explica el presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción. Habrá que esperar el desarrollo de los acontecimientos para conocer de manera más concreta los daños colaterales del sector.

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