RECREATIVO-mancha real

Las palmas relucen en el Colombino

  • Unos 6.000 aficionados disfrutaron de la victoria en el estadio onubense Destacó la ausencia de abucheos en la grada recreativista, que celebró los tres goles con entusiasmo

La afición recreativista disfrutó ayer del triunfo frente a un mermado Mancha Real y comienza los ocho agitados días, en los que se disputarán tres partidos, sumando tres puntos.

Unos 6.000 aficionados acudieron al Nuevo Colombino en la tarde del sábado. Las gradas del estadio se notaban ligeramente más vacías que en partidos anteriores, bien porque el puente ha motivado a que los onubenses hagan sus maletas y pasen unos días fuera; bien porque la temperatura, atípica para el mes de noviembre, invitaba a salir de la urbe; o bien porque el horario del partido, un sábado por la tarde, no es el que goza de mayor popularidad entre la afición.

Antes del inicio del encuentro, el saque de honor del partido estuvo a cargo de Manuel Silván que, con los 97 años que cumplió ayer, es el abonado con más edad del Recreativo de Huelva.

El partido comenzó y se desarrolló sin sobresaltos para ninguno de los conjuntos. La primera media hora fue plana y sin acciones a destacar. Lo que más llamaba la atención de la grada fue que no hubo silbidos ni abucheos, todo eran aplausos. En partidos anteriores, convulsos tanto por lo institucional como por lo deportivo, la afición mostraba su contrariedad con pitos: al ex presidente, al ex entrenador, a los jugadores... en el de ayer predominaron las palmas.

Aunque el juego del Recre no fue especialmente bueno, se encontraba acertado de cara a portería. El primer gol llegó en el 42' y fue anotado por Miguelito. El mediapunta militó hace dos temporadas en el Mancha Real, razón por la que no celebró el gol que inauguró el marcador. El que sí lo celebró fue Iván Aguilar, que anotó en el 71', y tan solo dos minutos después lo hizo Rafa de Vicente, levantando a la los espectadores de sus asientos mientras aplaudían con entusiasmo.

La semana que comienza mañana se presenta dura, con un partido el miércoles y otro el domingo. La mayor esperanza del recreativismo es que, poco a poco, de lo único que se hable en la grada sea de fútbol, y para ello bien necesario es sumar.

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