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"Me apetecía seguir jugando, pero no me lo permite mi cuerpo"

  • El pívot onubense abandonó en Navidades el Mérida de la Liga EBA y decidió poner fin a su carrera profesional obligado por las lesiones · "En las dos últimas temporadas en el CB Huelva sí se me valoró como esperaba, pero me ha costado", manifiesta

La reciente retirada de Antonio Morón (30 años, 2,00 de altura) ha dejado al baloncesto onubense sin uno de sus grandes estandartes. Los problemas físicos han pesado más que la ilusión por seguir jugando, y después de una dilatada trayectoria deportiva, el pívot onubense ha decidido colgar las botas, aunque en su mente está seguir ligado al baloncesto.

-¿Ha sido complicado tomar la decisión?

-Me apetecía seguir jugando, pero mi cuerpo no me lo permite, porque no he me recuperado bien de la lesión que venía arrastrando. No estaba a gusto, ya no disfrutaba, y mejor retirarse a tiempo.

-¿En qué momento dijo: ¡Esto se acabó!?

-Sabía que no estaba todo lo bien que debía y llevaba ya algún tiempo pensando en dar ese paso, pero decidí intentarlo por última vez y por eso fiché por el Mérida; allí estaba dando el máximo, pero mi cuerpo no podía. El entrenador habló conmigo y me dijo que era el que más cobraba de la plantilla y que no estaba rindiendo al nivel que esperaban, que económicamente el club estaba mal y no querían seguir contando conmigo. Cuando pasó eso, hablé con la familia y tras pensarlo mucho tomé la decisión de retirarme.

-¿Sus mejores y sus peores recuerdos como profesional?

-Lo peor, sin duda, las lesiones, porque el baloncesto a este nivel exige mucho y siempre tienes el cuerpo al límite; también duele no lograr los objetivos que se marcan. Lo mejor, que he pasado casi toda mi vida jugando a este deporte, empecé a los 7 años, y llevo 13 en plan profesional, eso me ha dado una posición económica estable, y sobre todo, me quedo con los amigos que me quedan, y con lo que he vivido día a día.

-¿Algún encuentro en especial?

-Muchos: el cuarto partido en el Palacio ante Fuenlabrada, cuando pudimos ascender a la ACB; ese mismo partido pero con Menorca; el último del CB Huelva en casa ante el Palma Aqua Mágica, que ganamos tras tres prórrogas y con sólo 7 jugadores... son muchos recuerdos. Cada año he crecido como jugador, empecé con unas cualidades y luego mi juego y mi físico han cambiado.

-El CB Huelva (seis años en el club) ha sido clave en su trayectoria.

-Mi primer año fue duro; venía del Gibraleón; Perico Zalvide me había tenido en Maristas y en Gibraleón y contó conmigo sabiendo que no estaba al nivel adecuado, pero confiaba en mi recuperación; ese año todo era novedoso, la directiva, el técnico, la plantilla... Con Bioque las cosas no fueron bien; a mitad de temporada llegó Joaquín Costa, que intentó cambiar la situación, pero tuvimos que jugar el play-off de permanencia; perdimos contra el CAI Zaragoza, pero se evitó el descenso en los despachos y no se perdió la categoría. El año siguiente se hizo un equipo competitivo y caímos en semifinales con Bilbao; luego tocó un año muy bonito, jugamos la Copa Príncipe y casi ascendemos a la ACB, pero nos faltó un triunfo ante Fuenlabrada. En mi cuarto año no hubo estabilidad, se trajeron casi 20 jugadores, pero logramos la permanencia tras vencer al Calpe. Luego llegó Pepe Rodríguez y formó un equipo con oficio, con muchos veteranos; ganamos en los play-offs al líder Cantabria, pero perdimos con Manresa. El último año fue el declive del CB Huelva: comenzamos con un equipo para ascender (Junyent, Van Lacke, Éric, Drame, Chris Hernández...) pero la plantilla se desmanteló; fue un orgullo estar en ese equipo, porque gracias al trabajo logramos salvarnos, fue una proeza.

-Sus seis temporadas en el club coincidieron con los seis años de presidencia de Francisco Bayo.

-Me une una buena amistad con él. Llegó como el salvador del baloncesto en Huelva y quizás la gente piense que lo dejó desaparecer, peor no fue así. Hizo mucho por el baloncesto, puso mucho dinero de su bolsillo, pero llegó un momento en que sus negocios no iban bien y nadie le ayudaba a mantener el club; otro en su lugar se hubiera ido antes, él se marchó cuando ya no pudo más. No fue culpa suya lo que pasó con el club.

-Aquí tuvo como entrenadores a Antonio Bioque, Joaquín Costa y Pepe Rodríguez.

-A Bioque le superó la situación; venía de entrenar en EBA y llegó a un equipo profesional, con veteranos... y además el club no estaba bien económicamente; trabajaba mucho, era respetuoso, pero no cuajó. Costa venía avalado por su trayectoria como jugador y entrenador; cambio el organigrama del club, marcó unas pautas; he aprendido mucho de él como entrenador y como persona, me apretó al máximo, aunque no siempre estaba de acuerdo con él. Pepe Rodríguez es muy diferente, es muy trabajador, sabe lo que hace, tiene una filosofía y va a muerte con ella; llevó al equipo a lo más alto y aguantó situaciones en las que otro entrenador se habría marchado, porque no cobrar y trabajar con sólo 7 jugadores fue frustrante.

-¿Se ha sentido valorado en su ciudad?

-Me ha costado. El primer año lo borro porque fue casi testimonial para mi. Se me ha valorado, pero es cierto eso de que 'nadie es profeta en su tierra', por ser de la casa te miden de otra forma. Cada año mi nivel subía, iba evolucionando, tuve oportunidad de irme en esos años, pero el club hizo un esfuerzo para que me quedara. En las dos últimas temporadas sí se me valoró como esperaba.

-¿De qué compañeros guarda mejores recuerdos?

-He intentado llevarme bien con todos; mantengo muchos amigos, sobre todo con Isaac López, Fede Van Lacke, Javier Montaner, con Juanma Ruiz y con Sanguino.

-¿Quiénes le han impresionado por su calidad?

-Entre los que han jugado conmigo destaco a John Williams, Sergio Sánchez, Isaac López (MVP nacional cuando jugaba en Huelva), Van Lacke (ahora en la ACB), Junyent... son jugadores que han marcado diferencias; de los rivales a los que me he enfrentado me acuerdo de Aaron Swinson (Los Barrios), Serge Ibaka (ahora en la NBA), Joss Asselin, y Ugonna Onyekwe, que fue tanto rival como compañero.

-¿No le hubiera gustado retirarse en Huelva, aunque fuera en 1ª Nacional, y disfrutar del baloncesto a otro nivel?

-Si el CB Huelva no hubiera desaparecido, probablemente seguiría aquí y me hubiera despedido aquí, pero las circunstancias no han sido así. Probablemente no podría soportar el nivel al que se juega en 1ª Nacional, porque hay unas exigencias en los entrenamientos, en el juego, la competición... y por mis problemas físicos no me veo capacitado; además todo el mundo esperaría que yo destacara. Ahora estoy desilusionado, asimilando la nueva situación, y jugaré pachangas para matar el gusanillo.

-Si este verano volviera el baloncesto LEB a Huelva y recibiera una oferta ¿se plantearía volver?

-¡Vaya pregunta! Me tendría que encontrar muy bien para volver. Siempre voy de frente, soy honesto, no quiero engañar a nadie y ahora no estoy para jugar a un nivel alto. Quizás podría echar una mano desde el banquillo, pero como jugador es complicado.

-El hecho de sacarse el título de entrenador ¿es porque se ve entrenando en el futuro?

-Tengo el título superior pero me falta la parte práctica; durante dos años la Federación me da la posibilidad de entrenar en cualquier categoría. Yo llevo una vida ligada al baloncesto y quiero seguir vinculado como sea. Como técnico no me planteo llegar a lo más alto, lo que quiero es transmitir toda mi experiencia, todo lo que he vivido. Si puedo entrenar a un nivel alto aprovecharé esa opción, pero si no, no tengo ningún problema en trabajar con niños, que dan muchas satisfacciones.

-¿Se ve en un futuro como presidente de un club de Huelva?

-Si puedo ayudar dentro de mis posibilidades a que haya baloncesto en Huelva, ahí estaré, de entrenador o de lo que sea, pero es difícil por la situación que tenemos. Hay que ayudar entre todos, estar unidos y que las instituciones apoyen.

-¿Cómo ve el futuro del baloncesto en la ciudad?

-Complicado; si no lo apoyan las instituciones es muy difícil que renazca; ya lo era en los años que yo estuve ahí, y no teníamos la crisis de ahora. Hace falta arrimar más el hombro, sentarse y decidir qué se va a hacer. Una persona sola no puede levantar el baloncesto en Huelva, y me da pena, porque esta ciudad se merece un equipo en lo más alto.

-¿Qué piensa hacer ahora?

-A día de hoy estoy como muchas personas en este país, buscando trabajo, esperando que salga algo. Mirando atrás, quizás debería haber aprovechado mejor el tiempo y tener más estudios, porque el baloncesto no dura para siempre. Quiero terminar el curso de entrenador y seguir vinculado a este deporte que me apasiona.

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