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Xerez CD-Cartaya: Los rojinegros comparecen en un estadio que le trae buenos recuerdos

Entrenamiento del Cartaya.

Entrenamiento del Cartaya. / AD Cartaya (Cartaya)

Un mes de competición, cuatro partidos, y solo una derrota, la de la primera jornada, lo que determina que el Cartaya tomó nota y compite. Ese es el resumen de un conjunto, el de Limón, que lleva tres semanas seguidas aumentando la cuenta, luego se presenta en Chapín con números muy respetables. Le espera un rival, eso sí, que cotiza en las alturas, segundo con 10 puntos, sin derrotas, tres victorias y un empate. Es decir, nada que ver con el rival de la pasada temporada. Allí, la pasada campaña, ganó el Cartaya con goles de Tavira y Fran Palma. Ambos serán protagonistas también este año.

Se sabe que el fútbol no entiende de recuerdos. Pero es un buen punto de partida para la moral, aquel partido y el actual momento de los rojinegros, que no entregarán, es el convencimiento, la cita con facilidad. Para hacerse fuerte, en un escenario tan majestuoso, es necesario no cometer errores ni caer en la tentación de salir con zapatillas al campo. Cualquier resbalón te condena y precisamente lo que no se le puede dar al Xerez CD es ventaja en pequeños detalles. Hay quien se pone tacos de aluminio para partidos así. Lo de empezar a hacer ruido dando con los tacos en el suelo de forma vehemente puede ser una señal de cómo saltas al césped. El primer pelotazo, si no va a puerta, que pegue en la chapa, decía un futbolista intimidador por naturaleza.

Poco a poco, Limón va recuperando efectivos y eso eleva el nivel de la convocatoria, o debe, porque nunca se sabe. El entrenador onubense del Cartaya planteará un partido a la espera, con el objetivo de desgastar al rival. “Que vengan y vengan, pero que no lleguen a ninguna parte”. Así será el mensaje de Limón, más o menos.

Una de las claves puede estar en poblar convenientemente el centro del campo. A veces el número no te da el control, por lo que la ocupación correcta de los espacios, las basculaciones y las ayudas en la zona de laboratorio, será esencial para domar a la fiera. Una vez eso bajo control, la otra premisa será salir pitando, pero sin descomponerse, en la búsqueda de matar por la espalda, es decir, a la contra, pero sin locuras. Se supone que ellos serán dueños de la pelota y cuando la tienen se arman de paciencia para moverla de un sitio para otro hasta encontrar la ranura. Las ayudas, siempre las ayudas.

Jugar en Chapín es una motivación extra que llega sola en cuanto miras a tu alrededor. Sobreexcitarse es malo, perjudicial para la salud. Así que lo suyo sería contenerse en la emoción del momento y poner cara de concentración y de pocos amigos. Los abrazos al final. Una vez concluya la película con final feliz.

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