La moral de la Agrupación Deportiva Cartaya está en límites insospechados, por las nubes, y tiene razones para ello. Pongamos la cosa en situación para entender el encabezamiento. Ha tenido que adaptarse de manera límite para fabricar la plantilla, apretado al máximo por la cuestión económica. Eso le ha conducido a fijarse en jugadores que seguramente estaban en la mente de muy pocos tratándose de Tercera. A las limitaciones, tuvo que sumar, en el desplazamiento a Espiel, infinidad de bajas por diferentes motivos, lo que originó que el entrenador, Manuel Juan Limón, tuviese que girar la mirada para el filial. Y ganó, en uno de los campos más complicados de la categoría, sumando así la primera victoria de la temporada. El resumen es que la expedición regresó henchida de orgullo. Y ahora, en partido adelantado al jueves a las seis de la tarde, se fija como prioridad desnudar al Córdoba B, palabras mayores en lo que a equipos de cantera se refiere.

Limón espera recuperar efectivos y poder de esta forma tener más alternativas, que en Espiel estuvieron muy limitadas. Dicen que lo que funciona no se toca, pero es posible que el entrenador haga alguna variante, entre otras razones porque juega en casa y el rival no se parece en nada al Espeleño, ya que se intuye que el filial cordobesista abrirá más caminos en ataque y eso provocará espacios, por lo que el Cartaya tendrá una de las fijaciones en la verticalidad, en la velocidad, robar y salir pitando.

Si el equipo rojinegro consigue una victoria, sería el inicio soñado. Pero para lograrlo tendrá que tener una actuación impecable, sin errores de bulto, porque si algo tienen estos equipos, es que te castigan al menor resbalón.

Cartaya está inmersa en la celebración de la Feria de Octubre y por eso el club hace una llamada a la asistencia, que hay tiempo para todo. El Cartaya necesita sentir el calor de la grada para crecer. Es un momento importante por todo. Viene de ganar y quiere confirmación del momento. Para lograrlo hace falta comunión. Y así será mucho más fácil.