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Puente Genil-Cartaya: Los rojinegros visitan uno de los campos más complicados de la categoría

Entrenamiento del Cartaya.

Entrenamiento del Cartaya. / AD Cartaya (Cartaya)

La pena no se te quita por mucho que la repitas de forma continua. Y ya dura, desde hace varias temporadas. La prueba del algodón, la del nueve, el que tiene como profesión marcar goles. Es la retahíla más escuchada. Y es la asignatura pendiente que se eterniza. Es cierto que el club, económicamente, no está para tirar bengalas de colores. Pero si se sabe, desde hace tiempo, que uno de los asuntos que lastra es el goleador, algunos no entienden que se haya reforzado esa parte tan crucial del campo. Alguien que meta siquiera medio gol. Porque en defensa no se le puede reprochar nada. Entenderán que hablamos del Cartaya. Que entre una cosa y otra, sigue en puestos de descenso y el tiempo pasa inexorablemente. Con siete goles a favor en 11 jornadas no alcanza. Esa es la realidad.

Visita Puente Genil y eso es como ir al dentista. Es un equipo Guadiana porque igual te hace un lío que se lían solos. Pero en casa no suelen equivocarse. Así que se espera ataque continuado por parte local y defensa a ultranza del Cartaya, a la espera del flautista.

Para colmo, Manuel Juan Limón, que es extraordinariamente paciente, ya se le ve la sangre en el rabillo del ojo. La cantidad de bajas que acumula desde que comenzó la liga no ni medianamente lógico. Siempre le condiciona algo la convocatoria y la alineación. Si sumamos lo anterior, la carencia de gol, deducimos que el bajo mínimo se queda corto para describir la realidad.

La mayoría piensa que esto tiene que cambiar de un momento a otro. Y no les falta razón. Pero mientras que eso sucede, haría bien el Cartaya en evitar descolgarse, que ya saben lo que sucede si te ves metido abajo del todo y los demás vuelan.

El planteamiento inicial se posa en mantener la calma pero en tensión para no dormirse y esperar la ocasión para salir de caza. Insisto que no se duda en absoluto del entramado defensivo y sus apéndices en el sentido de la solidaridad. Pero para ganar o sumar hay que marcar porque se intuye que ellos lo harán más tarde o más temprano. El empate ante el Pozoblanco dejó un mal sabor de boca y el Cartaya aspira a encontrar el elixir que le alivie el paladar en Puente Genil. El rival no hará concesiones salvo sorpresa poco probable, luego para ganar o no venirse de vacío, al Cartaya le hará falta expresar un gran partido. Partiendo de ahí, en cualquier momento, como apuntan algunos, las cosas pueden comenzar a cambiar.

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