La cantidad no es garantía de apoyo. Ayer el Nuevo Colombino registró una pobre entrada. Rozó los seis mil espectadores. Muy pocos para un equipo que de haber ganado al Numancia habría dado un paso de gigante hacia la promoción de ascenso y que, a pesar del empate, se mantiene con sus opciones muy abiertas. Pero el desencanto de la grada y el equipo en la segunda vuelta pasa factura en la afluencia de público.

Ayer el Recre no hizo un partido brillante. No fue el mejor Decano de la temporada ni mucho menos. Estuvo aún lejos del equipo que en la mitad inicial del campeonato maravilló a su parroquia. Sin embargo fue un conjunto que quiso, que puso intención y voluntad, aunque sin argumentos ofensivos. Y, sobre todo, fue un conjunto que tuvo de nuevo a su grada alentando.

El duelo anterior contra el Alavés encendió los ánimos del respetable con motivos. Ni el técnico ni los jugadores escondieron que hicieron un pésimo encuentro. Pero el Nuevo Colombino comprendió que sus futbolistas necesitan en estos momentos el apoyo y respondió. Así, aunque la afluencia fue menor que en las mejores tardes de la primera vuelta, los que acudieron al feudo albiazul lo hicieron mentalizados y concienciados de lo que debían aportar. Salvo algunos instantes de desconcierto y pitos sueltos, la tónica general fue de aliento y respaldo permanente.

Quedan cinco jornadas por delante. Ayer el Recre salió de la zona de promoción por primera vez en 32 jornadas. Ha perdido en la segunda vuelta la enorme renta que acumuló en la primera. Sin embargo, prácticamente depende de sí mismo. Los enfrentamientos contra rivales directos y los duelos entre estos en lo que queda de campeonato le devolverá todavía alguna opción clara para recuperar el puesto merecido.