Fin de un ciclo e inicio de otro. La selección española de fútbol cerrará en los próximos días su 2016 tratando de demostrar que, después de dos años de progresivo desplome, el camino hacia su recuperación está definitivamente asentado.

Ante Macedonia hoy, en duelo clasificatorio para el Mundial de Rusia 2018, y frente a Inglaterra, en un amistoso el próximo martes, España buscará concluir su periplo competitivo del año con resultados y fútbol que refuercen el proyecto del nuevo seleccionador, Julen Lopetegui.

"Macedonia es un equipo que contragolpea muy bien. Fueron superiores y merecieron ganar a Italia, pero la Azzurra tiene esa capacidad histórica de sobrevivir en escenarios complicados", avisó Lopetegui esta semana. Italia superó a Macedonia por un ajustado 2-3 gracias a un gol en el último suspiro.

"Macedonia ha dejado fuera del Europeo sub 21 nada menos que a Francia, así que tiene una generación de futbolistas muy prometedora", añadió.

El entrenador vasco relevó en el banquillo a Vicente del Bosque a finales de julio y, desde entonces, la tricampeona europea lidera el Grupo G de clasificación europea para Rusia 2018 con dos victorias y un empate, igualada a siete puntos con Italia.

Frente a una Macedonia que cuenta sus partidos por derrotas -tres-, y en el estadio de Los Cármenes de Granada, los españoles tienen casi la obligación de sumar un triunfo que consolide su liderato del grupo y, sobre todo, ayude a despejar las dudas que aún genera la propuesta de Lopetegui. Con Rusia 2018 en el horizonte, el nuevo seleccionador asumió el cargo con la misión de recuperar el juego y los resultados que llevaron a España a levantar dos Eurocopas consecutivas y un Mundial entre 2008 y 2012. El declive vendría después.

Como se vio en el Mundial de Brasil 2014, donde los entonces dirigidos por Del Bosque no pasaron de la primera fase. Y de nuevo el pasado julio, en la Eurocopa de Francia 2016, cita que abandonaron en octavos de final apeados por una revitalizada Italia. La eliminación, tan precipitada como de algún modo esperada, constató el fin del ciclo brillantemente conducido por Luis Aragonés y Del Bosque y el de parte de la mejor generación del fútbol español.

Aunque en Francia 2016 ya no estuvieron nombres ilustres como Xavi, Puyol y Xabi Alonso porque decidieron retirarse de la selección, Del Bosque mantuvo la confianza a clásicos de su etapa cuyos méritos eran ya cuestionables. Casillas, Pedro y Cesc aún tuvieron hueco en una lista que, no obstante, comenzó a presentar algunos cambios.

Lucas Vázquez, Morata, Nolito y el veterano pero efectivo Aduriz, entre otros, ya integraron el grupo que en la pasada Eurocopa no logró recuperar el brillo del pasado reciente. Y cuya prematura despedida constató la necesidad de una renovación más profunda, que apuntaba directamente al seleccionador. Elegido inesperadamente por el presidente de la Federación Española de Fútbol, el cuestionado Ángel María Villar, entre otros candidatos que parecían tener más números, Lopetegui inició su camino con una goleada 8-0 ante la débil Liechtenstein y sin novedades estridentes; después, pese a su mejor juego, no pudo pasar del empate 1-1 con Italia en un partido en el que los suyos dominaron casi siempre y fueron dominados al final.

El nuevo seleccionador mantiene en su columna vertebral a fijos de Del Bosque como Piqué y Sergio Ramos, en defensa; Iniesta y Busquets, en el mediocampo; y Silva, en la delantera. Pero ni Casillas, ni Pedro ni Cesc forman ya parte del grupo que enfrentará hoy a Macedonia y que, con las ausencias por lesión de Piqué, Sergio Ramos, Jordi Alba e Iniesta, sí incluye caras hasta ahora poco habituales como Escudero (Sevilla), Monreal (Arsenal), Sergi Roberto (Barcelona) o Iago Aspas (Celta de Vigo).

El gallego Aspas entró la lista de Lopetegui en sustitución del lesionado Diego Costa, que mantiene la confianza del nuevo seleccionador, pese a lo mucho que se le cuestionó ya con Del Bosque.

Tras tres partidos de clasificación, España apenas ha mostrado tímidos síntomas de recuperación de su fútbol. Después de probar algún cambio táctico interesante (un 3-5-2), a Lopetegui le toca ahora profundizar en la renovación futbolística y generacional, apuntada con el creciente protagonismo de jugadores como Thiago (Bayern Múnich) y el sevillista Vitolo.

Ahora, el duelo ante Macedonia se presenta como una buena oportunidad de llenar de argumentos al nuevo ciclo, antes de cerrar el año frente a Inglaterra, un excelente contrincante para medir su fuerza real.

El lleno estará prácticamente asegurado en el estadio de Los Cármenes después de que apenas quedaran mil entradas en la jornada de ayer. El ritmo de venta de las últimas fechas, unido a las adquisiciones que se hagan a última hora antes del partido, provocará que las gradas del coliseo nazarí se llene con 22.500 espectadores. "La afición de Granada se dejará la garganta para apoyar a la selección", reconoció el alcalde de la ciudad granadina, que visitó las obras que supusieron el nuevo centro de prensa construido en el estadio Los Cármenes con motivo de la visita de la selección.

La selección española pudo completar el plan de viaje previsto y ya descansa en Granada, tras aterrizar a última hora de la mañana, cuando los problemas de niebla que había provocado el desvío a Málaga de varios vuelos, ya se había solventado. La hora del vuelo de La Roja, que partía de Madrid a las 12:00, favoreció que tras hora y cuarto de viaje la expedición pudiese aterrizar sin ningún problema en Granada, sin verse afectada por los problemas que tuvieron los vuelos que llegaron a primera hora de la mañana a la ciudad nazarí.

La selección española ha vencido a la de Macedonia en los cinco precedentes de un duelo que se repite en el camino al Mundial 2018 y que la última vez que se produjo, en septiembre de 2015, decidió un tanto de Juan Mata. Hasta ese partido de la fase de clasificación para la Eurocopa 2016, España siempre había marcado dos o más goles a un rival que cumple 22 años en el escenario del fútbol europeo con pocos hitos remarcables. El primer encuentro entre ambos combinados se produjo en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1996. España ganó 0-2 en Skopje, gracias a un doblete de Julio Salinas, y posteriormente lo hizo por 3-0 en Elche con tantos de Kiko, Manjarín y Caminero.