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La Palma busca resarcirse ante un irregular Córdoba B, que le aventaja en un punto

Un momento del encuentro entre La Palma y el Espeleño.

Un momento del encuentro entre La Palma y el Espeleño. / Manolo Camacho (La Palma del Condado)

La derrota ante el Espeleño fue un golpe bajo. La Palma venía de conquistar corazones a base de buen juego y resultados, tres victorias y un empate ante rivales de pedigrí que no hacían presagiar lo que ocurrió. Muchos se lo han tomado como un mal día en la oficina. Sin embargo el entrenador, exigente como él solo, dijo textualmente que el equipo no había estado bien, o al menos como se esperaba, eligiendo mal en momentos cruciales del partido. Dos errores en defensa le condenaron, al margen de que la gente de la inventiva no encontró en ningún momento la grieta por dónde meter la pelota. Nada que reprochar en todo caso porque si algún equipo sabe lo que significa la palabra levantarse ese es el conjunto condal.

Visita al filial del Córdoba y se mide a otro que ahora mismo es semejante, exactamente igual que lo fue el Espeleño. Los cordobeses suman 14 puntos por 13 La Palma. Ahí tienen la igualdad. Pero hay que añadir que el Córdoba B, al menos hasta ahora, no parece el equipazo de la pasada campaña, aunque eso es relativo porque ya saben que los filiales cambian radicalmente de un año para otro y necesitan su proceso. La Palma espera que ese asentamiento les llegue después de esta visita.

El primer objetivo del conjunto palmerino es no encajar. Le está lastrando hacerlo con relativa facilidad, lo que le está obligando a marcar más de lo exigible para igualar fuerzas y posibilidades con el contrario. Sin consigue equilibrar ese detalle, entonces se pondrá cerca de ganar.

No se esperan cambios drásticos en el once a pesar de la derrota del otro día. Si algo tiene el entrenador es que no se refugia ni en las revoluciones ni en los dramatismos a la hora de tomar decisiones. Además, con una plantilla tan corta, es complicado encontrar puntos de inicio y final de un día para otro.

Los filiales, ya lo saben, son de natural desenfados. Les da igual el rival o el escenario. Salen y juegan. Eso puede beneficiar a La Palma, que seguramente encuentre los espacios que le negó el Espeleño. Ganar es valiosísimo porque, al margen de los tres puntos, daría un golpe de mano y otra lección de levantamiento. Da la impresión de que los de Nacho Molina no tienen término medio. No saben especular. Así que antes muertos que sencillos.

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