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El Pozoblanco se presenta como amenaza real para un Cartaya en puestos de descenso

Entrenamiento del Cartaya.

Entrenamiento del Cartaya. / AD Cartaya (Cartaya)

Transcurridas diez jornadas de liga, todos los equipos tienen una foto fija. A algunos les sale en color, a otros en blanco y negro y al resto algo difuminada. En dos meses y medio de competición, a este punto, el algodón engaña poco. Cierto es que nada es definitivo, que a los que ven la vida de colores se les puede torcer y a los que la definición no es clara se les puede despejar el horizonte. Pero lo cierto es que las intenciones y las sensaciones ya han salido del armario.

El caso del Cartaya queda meridianamente claro. No tiene gol suficiente como para evitar dolores y sufrimiento. Así lleva el conjunto de Limón desde que arrancó el campeonato, y salvo el partido ante el Sevilla C, que solventó con relativa suficiencia, al menos en el resultado, todo lo demás han sido pendientes, curvas y sudores fríos incluso ganando. Eso ha metido al equipo en puestos de descenso, penúltimo, con 9 puntos, ni a uno por partido.

Era lo que se esperaba, en todo caso, por el ajuste de presupuesto para restañar la economía del club. Pero eso no mitiga el estado de preocupación. La situación, como entenderán, no es dramática, pero tiene que empezar a ganar para que las fronteras de salida a la luz no empiecen a cerrarse.

Llega el Pozoblanco, que siempre es una amenaza, y lo hace con 13 puntos, apenas cuatro por encima del conjunto rojinegro. Por eso la cita se carga de peso y contenido. No solo por el presente sino por lo que significaría que un rival que ahora mismo es rival directo, salga de Cartaya con siete de diferencia.

Tanto el entrenador como los futbolistas son conscientes de ello, por lo que se prevé un partido sin tregua desde el minuto uno. Entre otras razones porque el Cartaya no está para especular.

De parte cordobesa, nos imaginamos la situación. Jugar con la ansiedad local. Cuantos más minutos pase sin que pase nada, favorecerá las pretensiones visitantes. Por eso es importante romper el cordón umbilical con la pizarra a la mayor brevedad posible.

Paco Benítez será baja por su expulsión en Utrera y por lo tanto la defensa sufrirá modificaciones. Después de diez jornadas no hay noticias de Manuel, Asuero y Novoa, aunque ya reapareció Adri. En todo caso lamerse las heridas no conduce más que a recibir más disparos. El Pozoblanco llega sonriente después de meterle tres al Cabecense. La intención del Cartaya es no se ría tanto.

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