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España no quiere sorpresas

  • Los de Rivera buscan su lugar en la final ante una Eslovenia que ya ha hecho historia llegando a la semifinal Sarmiento realizó trabajo de recuperación por unas molestias

Un solo paso separa a España de la final del Mundial y la anfitriona no quiere sorpresas inesperadas ante la revelación del torneo, Eslovenia (19:15), el rival en teoría más débil entre los semifinalistas, pero cuyo principal peligro reside precisamente en jugar sin presión alguna.

Los eslovenos llegan a las semifinales en el Palau Sant Jordi de Barcelona habiendo hecho ya historia, pues en su currículum solo aparecía, como mejor actuación, un décimo puesto en el Mundial de 2007, además de una plata en el Europeo que organizaron en 2004.

Pero tras dejar atrás el complicado obstáculo de Alemania (28-24), España no quiere infravalorar a un rival que acude a esta fase sin haber perdido ningún partido y con un juego basado en el elevado ritmo y los contragolpes, muy similar al de los germanos.

"En cuanto a la velocidad de juego, yo diría que nos encontramos un rival semejante a Alemania, quizás aún más intenso en la segunda fase de contraataque", advirtió el seleccionador español, Valero Rivera.

Un duelo de antagónicos que "para nada" será fácil, según el preparador español, ya que los balcánicos se han acostumbrado a voltear parciales elevados en contra en los últimos minutos.

"Esas remontadas le han hecho crecer y ahora son un equipo más difícil de batir. Saben lo que han hecho y creen en lo que hacen. Tenemos que jugar muy bien mañana -por hoy- para ganarles, su defensa genera muchos contragolpes y sacan de centro rapidísimo", relató Rivera, que no ha adelantado si bajo palos optará por José Manuel Sierra o un Sterbik poco acertado en el último encuentro.

Los españoles se ejercitaron ayer con la única ausencia del central Dani Sarmiento, que llevó a cabo trabajo de recuperación por unas molestias.

"Al equipo lo veo muy bien -explicó el seleccionador nacional -. Cuando se superan momentos difíciles, el grupo se hace más fuerte. En el entrenamiento he visto a la gente feliz". En este sentido, el técnico opinó que la proximidad de la final y jugar en casa no serán aspectos en contra, ya que "todos querrían jugar con este tipo de presión".

Sin esa presión acude Eslovenia, quien tras tumbar de forma inesperada a Rusia (27-28) aspira a superar la plata europea de hace ocho años, de la mano una selección renovada casi en su totalidad y rebosante de juventud, en la que solo el central Uros Zorman permanece en el equipo de los que lograron aquella gesta.

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