Si yo fuera programador de La Sexta no me lo pensaría dos veces. Ubicaría Arusitys en la parrilla de sobremesa, después del informativo. Sabedor que el programa de Alfonso Arús iba a funcionar como un tiro, y que es de tirada larga, le concedería 180 minutos de duración, entre las tres y media y las seis y media de la tarde. Confiando en que revolucionaría las tardes de la cadena, y que en un par de meses podría aspirar al codiciado 10% de audiencia en esa franja tan competitiva.

Esto no supone ningún castigo a Zapeando, con esa prueba con Dani Marteo. El espacio se podría ir con la cabeza bien alta. Ha cubierto una etapa, una larga etapa de más de un lustro demostrando que un programa puede ir creciendo y adaptándose sobre la marcha, según los gustos del público. No es ningún fracaso haber llegado hasta aquí. Y hasta el anuncio de Frank Blanco de emprender otro rumbo profesional parece señalar que es un buen final para tomar una decisión respecto al programa.

Comprendo que 'Zapeando' merece un respeto, y que los jefes de la cadena le profesen mucho cariño. En ese caso, y si todavía creen que puede tener vida, hagan una apuesta fuerte. Trasladen Zapeando a los fines de semana. En una cadena como La Sexta, donde el éxito se ha cocinado gracias a la televisión en directo, completen esa parrilla en tiempo real programando los sábados y domingos, entre el informativo y Liarla Pardo, la tertulia televisiva. La marca funciona, y puede arrastrar a muchísimos espectadores que se aburren con el telefilme de sobremesa.

Pero apuesten por caballo ganador, y que reubiquen a Alfonso Arús y su animado equipo en las sobremesas. Está más que testado, y la apuesta sólo puede conducir al éxito. Ahí queda la sugerencia, planteada con todo el cariño por nuestra parte a La Sexta.

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