Puerta del Mar

“Este es el pregón de la normalidad, de recuperar lo que anhelamos”

  • “No se pueden sacar las cofradías con parihuelas, se tiene que escuchar el rachear de los costaleros, las bandas”

  • “Llega en el momento de mi estabilidad cristiana y cofrade”

Jesús Flichi Redondo ante la Virgen de la Cinta.

Jesús Flichi Redondo ante la Virgen de la Cinta. / Josué Correa

Jesús Flichi Redondo es un cofrade de los de toda la vida, de los nacidos en una familia de hermandad y supo perpetuar, con su mujer Mari Carmen, en sus hijos Ángeles y Jesús ese amor por la Semana Santa del que siempre desborda su casa. Se sintió sorprendido cuando el presidente del Consejo, Antonio González García, le trasladó el deseo de que fuese el pregonero. El nombramiento ha sido acogido por los cofrades con bastante alegría, porque todos conocen a Jesuli, el cofrade, el amigo, una persona que siempre tiene algo que contar para poder enamorarse aun más de las devociones de esta tierra.

Hoy es la persona más privilegiada de Huelva, pues es el mayordomo de su Patrona la Virgen de la Cinta, el que tiene el inmenso honor de estar más cerca de Ella. Dedicado también a la parroquia de Cristo Sacerdote como colaborador.

"Es un honor servir a la Virgen de la Cinta, ver como los onubenses van a diario, llueve o ventee”

–¿Cómo se siente tras el nombramiento como pregonero de la Semana Santa de Huelva?

–Como cualquier onubense al que le dan la responsabilidad de anunciar nada más y nada menos que la Semana Santa de Huelva, siendo esta la celebración que más personas aglutina. Hay que afrontarlo desde el cariño y la responsabilidad. Estoy muy ilusionado.

–¿Esperaba en algún momento que se produjera esta llamada?

–Jamás, eso sí te lo puedo decir. He hecho varias cosas en hermandades que me han pedido, alguna exaltación a la Navidad, pregón de hermandades, como en el Perdón y la Redención. El pregón de la Semana Santa siempre lo vi lejos, como que nunca llegaría a mi persona. No sé, que no me veía con esa capacidad o aptitudes. Pero sabes como es Tony, tenía mucha ilusión de que antes de terminar su periplo en el Consejo yo pregonara la Semana Santa. Tuvimos una larga conversación y al final se tomó la decisión. Jamás pensé que tendría tan alto honor y tan alta distinción como ser, nada más y nada menos, que pregonero de la Semana Santa de Huelva.

Jesús Flichi es en la actualidad mayordomo de la Hermandad de la Cinta. Jesús Flichi es en la actualidad mayordomo de la Hermandad de la Cinta.

Jesús Flichi es en la actualidad mayordomo de la Hermandad de la Cinta. / Josué Correa

–Llega en su madurez cofrade.

–Nunca mejor dicho, a los sesenta años. Antiguamente las cosas de las hermandades se hacían de otra manera, a mí no me apuntan en la Borriquita en la secretaría de la hermandad propiamente dicha ni con los requisitos que hoy afortunadamente tenemos, era de otra manera. El 9 de mayo de 1961 cuando nazco mi padre, muy obediente y fiel a las ilusiones de mi madre, me apunta ese mismo día a la Hermandad de la Borriquita, así que mi cumpleaños y el cumpleaños en la Borriquita coinciden en ese día. Después cuando esto explosiona, a finales de los setenta, me acerco a la Esperanza con la simple intención de aprender. Venían unos capataces de renombre, gente muy importante, llego con la ilusión de aprender para seguir evolucionando como costalero. Pero me quedé prendido a los pies de la Virgen de la Esperanza. Además, el pregón llega en la madurez, después de pasar por la junta del Consejo, por mis cofradías. Es verdad que viene en un momento sobre todo de estabilidad cristiana y cofrade. Estoy viviendo unos momentos muy bonitos sirviendo a la que es dueña de Huelva, la Virgen de la Cinta. Llega cuando Dios ha querido que sea la voz que anuncie la pasión, muerte y resurrección de Cristo.

"A la Hermandad de la Borriquita le he dedicado toda mi vida. Soy también un hombre de Esperanza”

–Cofrade de diferentes hermandades, ahora es mayordomo de la Hermandad de la Cinta.

–Tengo el inmenso honor de servir nada más y nada menos que a la Patrona de Huelva. Como bien me señaló don José Vilaplana cuando me llamó a la aventura de la gestora de la Cinta, con Bienvenido y me propone echar una mano en el año del Jubileo, les dije que no podía faltar a la llama del pastor y a la de un amigo como Bienvenido, al que tengo tan presente en estos días. Don José me dijo que estaba equivocado, no me dejó terminar para hacer hincapié que me llamaba es la Virgen, que es la que pone y quita. Acepté ese reto muy gustoso, no era entonces mayordomo. No puedo ser más cintero que cualquiera del pueblo de Huelva, pero sí fue mi gran descubrimiento el tener que estar día a día en el santuario para ver de verdad y sentir el significado que tiene la Patrona. Cómo Huelva quiere a su Patrona, ese trasiego diario de tantísimas personas, cómo la gente llega llueva o ventee, haga el tiempo que sea no falta a su cita con la Virgen. Eso a mí me cautiva, me hace pensar y reflexionar de que tenía ante mí el mayor regalo en la que quiero pensar que es mi última faceta de mi vida como cofrade al servicio de las hermandad. Pensaba retirarme al servicio de mi parroquia, pero la Virgen ha querido que siga cuidándola estando pendiente de Ella. Ese va a ser el verdadero colofón de mi vida en la actividad de las hermandades y no creo que habrá mejor premio que terminar a los pies de Nuestra Señora de la Cinta.

–¿Se puede decir que ha pasado por todos los cargos que pueda imaginar un cofrade?

–Efectivamente. He pasado por todos en la Borriquita, desde teniente hermano mayor tira para abajo y todos los cargos los he ocupado, a excepción del de hermano mayor. Cuando la anterior junta de gobierno termina su mandato el actual hermano mayor, Abraham Cruz, me llama y me propone que encabece la lista que hoy afortunadamente él preside. Le hice ver que quizás no fuera ahora la persona indicada, en las hermandades muchas veces llega el momento de cambio de caras, no podemos estar perpetuando ni los apellidos vinculados familiarmente a las cofradías ni gente que pasemos toda la vida a los pies de unos titulares. Perpetuarnos en los cargos no es bueno para las hermandades, que tienen que estar vivas y la gente tener oportunidades. Lo entendió y hoy casi tres años de mandato de la junta a la que estoy más cercana, vemos que el tiempo me dio la razón. La hermandad ha cobrado una vida, una actividad, un acercamiento de muchas partes. Sabes que en las hermandades lamentable somos muy dados a enfadarnos unos con otros. La verdad es que acerté, no tenía esa necesidad u obligatoriedad de ser hermano mayor de mi hermandad, a ella le ha dado mi vida, todo lo que tenía, me he vaciado y ahora tiene que venir esa sabia nueva y debemos dar un paso al lado.

"Será el pregón de quien anda entre cuartillos de priostías y sacristías, en la bendita oscuridad de los pasos”

–Pero hay otras hermandades.

–Tengo un potencial de Esperanza, me considero un hombre de Esperanza, la Esperanza me dio mucho. La Hermandad de la Borriquita es y será siempre mi vida, pero sí es verdad que en la Hermandad de la Esperanza encontré otra cosa, una devoción grande que me enseñó a entender la religiosidad más allá de la puesta en escena de una salida en Semana Santa, de una cofradía en la calle. Me enseñó a vivir la hermandad por dentro, a creer que lo que hacíamos va más allá de la estación de penitencia. La verdad que es inexplicable, ¿qué tiene la Esperanza? Siempre que me lo preguntan digo: acercaros. Pienso que los hermanos de la Victoria, del Nazareno, del Señor de Pasión y de devociones tan grandes y arraigadas pensarán lo mismo, hay imágenes que trasmiten tanto que te atraen, que te enamoran y a mí me pasó con la Esperanza. Después de dejar el costal y debido a una enfermedad, que nada tuvo que ver con las trabajaderas, sigo vistiendo mi hábito verde cada Miércoles Santo con una emoción tremenda.

–¿Todo eso le ayudará a confeccionar el pregón?

–Sin duda. Sí quiero en mi manera de entender los pregones. Este pregón mío no viene avalado por ningún título académico, de grandes conocimientos. Soy Jesús Flichi, simple y llanamente, este hombre que vive entre sacristías y cuartillos de priostías, que pasó una gran parte de su vida en la bendita oscuridad de los pasos, que he vivido mucho. Que voy en un sitio privilegiado el Domingo de Ramos viendo esas caras de emociones. Quiero trasmitir eso, entendiendo que no voy a hacer el pregón de mis hermandades, sino el pregón de la Semana Santa de Huelva. Entonces tengo que saber expresar lo que se siente un domingo, cómo vivo un lunes con las cofradías que la componen, qué me dice Cristo de la Sangre cada Martes Santo cuando sale de San Sebastián, todo lo que vivo el Miércoles, Jueves... hasta llegar a la resurrección de Cristo.

El pregonero ante el altar de la Virgen Chiquita. El pregonero ante el altar de la Virgen Chiquita.

El pregonero ante el altar de la Virgen Chiquita. / Josué Correa

–¿Tendrá ya algo para llevar al papel?

–Sí lo tengo, cuando Tony me lo comunica, sabes que la pandemia lo trastocó todo tenía que haber pregonado detrás tuya en un año anterior. Se ha tenido que mantener en secreto durante ese tiempo porque la Covid se encargó de retrasarlo. Desde el primer momento sé lo que quiero decir, sé lo que quiero trasmitir y en qué orden lo quiero hacer. La idea está, ahora hay que plasmarlo en el papel que eso lo complicado. La idea está concebida desde que asumí el reto, sé lo que le quiero decir a Huelva con mis formas y mis maneras. Quería ponerme en marcha ahora mismo porque tengo mucha ilusión por verlo crecer pero hasta ahora resultó imposible porque ha sido una verdadera locura.

"En este tiempo hemos sido los más maltratados, con aforos reducidos, sin poder salir”

–¿Cómo han sido estos días, habrá recibido muchas llamadas?

–Desde mi nombramiento, desde que Tony dice mi nombre hasta ahora mismo que estamos hablando no dejan de llegar mensaje de felicitación, palabras de cariño, de arropamiento. Me siento más que una persona afortunada, lo decía el otro día aunque suene a vanagloria, siempre me sentí querido en las hermandades. Después de pasar cuatro años en el Consejo eso me dio la vivencia de estar codo con codo, día a día, con las hermandades y se crean uno lazos sintiendomé una persona querida. Lo que no sabía hasta qué punto. Te tiene que ocurrir una cosa de estas para que veas hasta dónde es el calor y el cariño de la gente. Las llamadas de teléfono saltaban una tras otra, todavía no ha parado. Ahora parece que va remitiendo. Estoy para ver si soy capaz de centrarme y ponerme ante los folios en blanco. Ese primer folio tan complicado, siempre me ocurre porque ningún inicio me gusta. Ahora cuando suba al santuario tras esta entrevista, seguro que Nuestra Virgen de la Cinta me abrirá la cabeza y el corazón. Seguro que algo se me pueda ocurrir desde ese balcón único que tenemos en nuestra ciudad.

–Hay quien le llama el pregón de la Esperanza, por aquello de que la pandemia va remitiendo.

–Si de algo podemos presumir los cofrades y levantar la cabeza es que hemos sido hombres de esperanza desde el minuto uno. El colectivo más obediente ante las autoridades sanitarias y me atrevo a decir, aunque esto no le guste a algunos, que hemos sido hasta los más maltratados porque mientras otros estaban haciendo cosas, a nosotros se nos ha seguido limitando los aforos en los templos, prohibiendo nuestra salidas, mientras otros colectivos deportivos y artísticos estuvieron haciendo pequeñas cosas, creo que hemos sido muy obedientes. El 8 de septiembre se rompió esa tendencia, en nuestra Hermandad de la Cinta dijimos aunque fuese hasta la puerta la Virgen tenía que pisar su plaza, su mirador, asomarse a Huelva, que Huelva empiece a respirar. No diría de la esperanza, porque nosotros nunca la hemos perdido, este el pregón de la normalidad, de volver a ser lo que fuimos, de recuperar lo que siempre anhelamos y hemos sabido sufrir en silencio como hemos hecho los cofrades: ejemplares.

"Son buenos los cambios en las hermandades, no perpetuarse, tienen que estar vivas”

–Este tiempo ha sido duro.

–Muy duro y esperemos que esta Semana Santa se celebre con esa normalidad, aunque me temo que nos pondrán algún tipo de restricción.

–Cómo cree que será la próxima Semana Santa, ¿saldrán los pasos a la calle?

–Creo que sí, se empieza a anunciar en Sevilla una procesión muy grande, como la Virgen de los Reyes en noviembre, esto comienza a cobrar normalidad. Esta normalidad no puede ser sacar las cofradías en parihuelas, así lo hacían así en tiempos muy remotos. La normalidad tiene que ser volviendo a escuchar el rachear de los costaleros, las bandas de músicas tronando y las bambalinas moviéndose entre los varales. Todo lo que no sea eso es un sucedáneo, nosotros tenemos que luchar por volver a la normalidad, ser ambiciosos, siempre y cuando los riesgos de la pandemia no cuesten más vidas humanas, eso sí estaría por encima de todo.

–¿Qué espera del 3 de abril Domingo de Pasión de 2022?

–Vivirlo como los que me han presidio en el atril, el último fuiste tú, vivirlo como tú lo viviste, como mi primo Manolo, los anteriores pregoneros. Que sea un día bonito, que lo guarde siempre como un recuerdo imborrable, creo que será el culmen de mi vida cofrade porque sé como se vive al pregonar la Semana Santa, cómo se palpa la responsabilidad que conlleva. Recordarlo siempre, no voy ha decir que el que más, sino uno de los días más bonitos de mi vida.

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