Semana Santa

El Consejo de Cofradías pide una calle para el obispo José Vilaplana

  • Antonio González destaca del prelado “su humanidad, muy cercano e implicado con los ciudadanos”

  • Las hermandades tenían previsto un homenaje que no se pudo realizar durante la pasada Cuaresma

José Vilaplana en los jardines del santuario de la Cinta.

José Vilaplana en los jardines del santuario de la Cinta. / Eduardo Sugrañes

El Consejo de Hermandades ha solicitado al Ayuntamiento de Huelva una calle para el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, al conocerse de manera oficial su marcha de la diócesis.

Argumenta que es una persona muy querida por todos, “que a lo largo de su permanencia con nosotros siempre destacó por su gran bondad y humanidad, muy cercano e implicado en todos los problemas de nuestros conciudadanos, y viviendo de una manera muy especial el ambiente cofrade tan desconocido para él, y que siempre ha gozado del cariño y dedicación de nuestro pastor”.

AntonioGonzález, presidente del Consejo, dice que “la petición es en nombre no solo de las hermandades de penitencia, sino de todas”. Recuerda que en la pasada Cuaresma estaba previsto un encuentro con el obispo José Vilaplana y los hermanos mayores, en el que se le iba a hacer entrega de un recuerdo de las hermandades onubenses. “Lo que no se pudo llevar a cabo por el confinamiento, cuando se suspendieron los actos programados y la salida de los pasos en Semana Santa”, señala Antonio González.

“Desde entonces ya se estaba gestionado esta petición de una calle para José Vilaplana”, dice el presidente. Lo mismo que un acto de reconocimiento público que iba a tener lugar en el mismo del pregón de la Semana Santa. “Estaba previsto que antes de iniciarse el pregón oficial el Domingo de Pasión toda la asamblea cofrade reunida en el Gran Teatro se sumara al homenaje que en ese momento le iba a tributar el Consejo, estando previsto incluso que don José tomara la palabra”.

Antonio González destaca que su relación con José Vilaplana como presidente del Consejo “siempre ha sido cercana, de respeto, de amistad y de compromiso”. En estos catorce años “fueron muchas las ocasiones que mantuve una conversación privada con él y jamás tuvimos un desencuentro”. Reconoce que algunas veces no conseguía lo que le pedía, “pero de la manera que me argumentaba los motivos por los que no atendía mi petición, no podía salir de esa reunión con mala cara o contrariado por su negativa. El respeto ha prevalecido por encima de todo”.

Cuando en el 2012 le comunicó que se presentaba como candidato a la presidencia del Consejo, “me preguntó que por qué lo hacía; le respondí que para darle normalidad a una situación nada agradable para todos. Me dijo que le encantaba esa palabra y gracias a Dios y con sus consejos así ha sido”.

De este tiempo recuerda la reunión que mantuvo con los cuatro hermanos mayores del Lunes Santo. “Les pedí como favor personal arreglar los horarios de ese día. Los cuatro me dijeron, lo que tu digas se hace. Al día siguiente llamé a don José y le comenté que en un minuto se había arreglado el problema del Lunes y su respuesta después de dar gracias a Dios, me dejó impactado: ¡Cuánto he sufrido!”. Antonio González señala que en ese instante le quedó “muy claro que un obispo tiene otras funciones más importantes que estar preocupado por problemas domésticos en las hermandades”.

Al mismo tiempo destaca que “es un obispo muy cercano al mundo cofrade al que ha respetado, ayudado y comprendido”. Incluso dice que llegó a visitar en las noches de ensayos a las bandas de música, así como a todas las cuadrillas de costaleros, “cosa que nadie ha hecho hasta el momento”.

Entre los grandes actos programados destaca que “disfrutó muchísimo del Acto Misericordioso y lo recuerda con muchísimo cariño, reconociendo que todos hicimos algo extraordinario”.

“Lo echaremos de menos”, dice el presidente. “Porque se va un hombre bueno, una gran persona que ha realizado una gran labor pastoral en Huelva”. Con muchos proyectos conseguidos entre los que cita la Casa de los Milagros, en la que participan todas las hermandades.

“Ahora se merece un descanso aunque no nos guste, pero nos quedamos tranquilos sabiendo que siempre estará con nosotros y que su sustituto don Santiago es lo mejor que nos podía ocurrir para que todo transcurra con una absoluta normalidad”, apunta.

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