Recreativo

Las leyendas del Recre Alzugaray y Luzardo se reencuentran con su imborrable pasado en Huelva

Arsenio Luzardo y Jesús Alzugaray posan en la sede de 'Huelva Información'.

Arsenio Luzardo y Jesús Alzugaray posan en la sede de 'Huelva Información'. / Josué Correa

"¿Dónde están los periódicos?", preguntan, entre risas, las leyendas del Recreativo de Huelva, Arsenio Luzardo y Jesús Alzugaray, nada más cruzar la puerta de la sede de Huelva Información. La 'impaciencia' estaba más que justificada. Años después ansiaban reencontrarse con sus recuerdos en el Decano, con aquellas páginas que relataron la inmensa calidad que atesoraban dos carismáticos futbolistas que a día de hoy son iconos del club albiazul. Muestra de ello son los innumerables homenajes que han recibido a lo largo de su visita a la ciudad, que se ha prolongado más de una semana. 

La hemeroteca del período les recibía con varios tomos de publicaciones sobre la mesa y, rápidamente, ambos jugadores uruguayos se encontraron. "Luzardo sale más, pero yo salgo más lindo", bromea Alzugaray, atacante del Recre durante siete temporadas. La réplica no tardó en llegar. El centrocampista, que militó en el Recre entre los años 85 y 92, le recordó "cómo peinaba algún libre directo mío y, solo por darle con el flequillo, ya le apuntaban a él el gol". Tres décadas después, ambos jugadores, a los que les separan cuatro años, siguen congeniando a las mil maravillas. Ahora fuera del campo.

Luzardo y Alzugaray se reencuentran con sus recuerdos de cuando jugaban en el Recre. Luzardo y Alzugaray se reencuentran con sus recuerdos de cuando jugaban en el Recre.

Luzardo y Alzugaray se reencuentran con sus recuerdos de cuando jugaban en el Recre. / Josué Correa

A Luzardo, nacido el 4 de septiembre de 1959 en Treinta y Tres (Uruguay), le llama la atención la publicación de su fichaje y comienza a recordar cómo se fraguó. "Yo fui con Víctor Espárrago, con Nacional, a una gira a México, donde había un empresario que nos había adelantado un dinero para jugar allí. Organizó un octogonal con equipos como Independiente, Botafogo o Fluminense, pero fue un fracaso: ni 80 personas en el primer encuentro". El 'pobre' atractivo de la competición "hizo que esta persona nos dejase tirados y no me pude quedar en México, teniendo que volver a Uruguay. Fue un bajón grande". 

Pasan dos semanas y Espárrago contacta con Luzardo. Era julio de 1985 y le habían designado técnico del Recre. "¿Te vienes conmigo a España"?, le preguntó; y antes de saber si quiera en que punto exacto del mapa se ubicaba Huelva, el exquisito organizador del juego dio el sí. No tuvo ni 24 horas para hacer las maletas y, de hecho, "todo lo que había que negociar se negoció ya aquí en Huelva". 

Luzardo, en la sede de 'Huelva Información'. Luzardo, en la sede de 'Huelva Información'.

Luzardo, en la sede de 'Huelva Información'. / Josué Correa

Guardaban una gran relación que se remonta a tiempo antes de ser entrenador y jugador. "Coincidí con Víctor en Nacional, con él como jugador con 36 años y yo con 19 o 20. Ganamos, incluso la Libertadores", subraya, al tiempo que recuerda, entre risas, cómo "me llevaba con él a la habitación cuando jugábamos y me decía que tenía que estar dormido a las 19:00".

Ya en septiembre le tocó el turno a Alzugaray (nacido el 11 de mayo de 1963 en Quebracho, Paysandú, Uruguay), quien también había estado previamente a las órdenes de Espárrago en Nacional. El técnico, movido por la falta de pólvora en su equipo, se acordó del uruguayo y, como ya hiciese con Luzardo, le trajo. El delantero llegó por la puerta grande con un póker ante el filial del Athletic Club. A todos esos goles le seguirían "más de cien, perdí la cuenta", sostiene.

Jesús Alzugaray. Jesús Alzugaray.

Jesús Alzugaray. / Josué Correa

La adaptación de Alzugaray no fue tan sencilla como la de su compañero, pues llegó apenas con 21 años; pero rápidamente se enamoró de la ciudad y del club, confiesa. En este sentido, Luzardo explica que la ciudad de Huelva no difería tanto de donde él residía en Uruguay y, "gracias al cariño y aprecio de la gente nos acostumbramos rápido". Precisamente, una de las primeras personas que le recibió, calificado por él mismo como el mejor recibimiento, fue el de Pancho (masajista). "Iba por Punta Umbría con mi pantalón corto y mi remera -camiseta de mangas cortas-, me hizo una radiografía de arriba a abajo y me dijo que con esas piernitas iba a durar poco", cuenta. 

Momentos para el recuerdo

Cuando se les pregunta acerca de un partido que recuerden, Alzugaray y Luzardo se miran y ya saben lo que van a decir. El 5 de febrero de 1986, un martes de Carnaval, un poderoso Real Madrid caía derrotado por 3-1 en el Municipal Colombino en el partido de vuelta de Copa del Rey -la ida finalizó 5-0 para los blancos-. "Los tuvimos cerquita", señalan, pero coinciden en la dificultad que suponía eliminar a ese Madrid de los Valdano, Butragueño, Santillana o Martín Vázquez.

También quedaron prendados de los trofeos Colombino, pues "el ambiente era maravilloso con clubes como Benfica, Sevilla, Betis o CSKA Moscú, a los que en la primera parte les dimos un buen repaso bajo los 40 grados de temperatura a los que no estaban acostumbrados", ríe Luzardo.

Arsenio Luzardo, Julio Peguero, Jesús Alzugaray y Emilio de la Riva. Arsenio Luzardo, Julio Peguero, Jesús Alzugaray y Emilio de la Riva.

Arsenio Luzardo, Julio Peguero, Jesús Alzugaray y Emilio de la Riva. / Josué Correa

Echan la vista atrás y rememoran "un buen equipo al que solo le faltó jugar en Primera División, una lástima". "Había buena compenetración, pero sí que fallábamos -sin echar culpas a la defena- a nivel defensivo", explica el mediocentro, quien lo resume en que "fuera de nuestro campo, decían que éramos el mejor equipo que pasábamos por los estadios, pero luego acabamos perdiendo". 

Fichajes que no llegaron a buen puerto

Tal fue el nivel de ambos jugadores que no le faltaron interesados. A Luzardo lo quiso el Deportivo de la Coruña, cuando ascendió a Primera División, y ni aún así Arsenio Iglesias lo logró convencer. "No era cuestión de dinero, mi familia y yo estábamos muy bien en Huelva; y no me arrepiento", asegura tajante. 

Detrás de Alzugaray estuvo el Valencia, pero no llegó a un acuerdo con el Recre. "No estuve muy enterado, pero algo hubo. Aun así, no insistí porque yo también estaba a gusto en Huelva", declara el atacante.

Tanto el uno como el otro se han quedado sorprendidos al regresar a Huelva. Y no solo por el nuevo aspecto de la ciudad, que también, sino por el cariño y acogida que han tenido. "Han pasado 30 años desde mi última vez aquí, ¿cómo iba a imaginar tantas muestras de afecto?", se pregunta Alzugaray, que pasó esta semana por la plaza del antiguo estadio con su hermano, rememorando "el bullicio y el ambiente de fútbol desde por la mañana".

Alzugaray y Luzardo conversan con el director de Huelva Información, Javier Ronchel. Alzugaray y Luzardo conversan con el director de Huelva Información, Javier Ronchel.

Alzugaray y Luzardo conversan con el director de Huelva Información, Javier Ronchel. / Josué Correa

A Luzardo, cuya última visita data de 2019, le ha causado la misma sorpresa, al igual que a su hijo de 17 años, "que se ha quedado con la boca abierta". De hecho, reconoce, "me emocioné en el partido en el Nuevo Colombino cuando subí de la cancha al palco y vi a mi hijo con las lágrimas". 

Vuelven a rememorar las leyendas que fueron. Los recuerdos permanecen imborrables en sus mentes, aunque también en sus casas -Alzugaray tiene 14 álbumes con recortes de periódicos-. Treinta años después siguen sintiendo Huelva como su casa y no esconden, con una tímida sonrisa, que descarten asentarse en la ciudad algún día. 

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