Recreativo

Un fortín imprescindible

  • El Recre suma menos del 50% de los puntos disputados en el Nuevo Colombino en Segunda B

  • El Decano necesita rentabilizar el carácter intimidatorio de su estadio en la categoría para estar arriba

Sobre el césped del Nuevo Colombino ejerce una enorme influencia el efecto de la grada del recinto onubense.

Sobre el césped del Nuevo Colombino ejerce una enorme influencia el efecto de la grada del recinto onubense. / canterla

El Nuevo Colombino es la clave de todo. Es el fortín desde el que hacerse fuerte, el sostén en los momentos duros y también la gran asignatura pendiente de las últimas tres temporadas. Lo saben bien los albiazules y sus aficionados, que llevan tres años de penurias que se han dejado sentir especialmente en su casa, donde los números del Recre están muy lejos de deseable. El onubense es un estadio que impone respeto en Segunda B, aunque su efecto no tenga el reflejo que cabría esperar. Es la envidia de los rivales y la plaza que todos marcan en rojo por la especial sensación de jugar sobre su césped, aunque esa presión a veces ha pesado en exceso sobre sus propietarios más tanto como en los oponentes. Tanto es así que desde que el Recre descendió a Segunda División B ha sumado menos del 50% de los puntos jugados como local. Es habitual que los rivales lleguen a Huelva con la idea clara de encerrarse o no arriesgar y dar por bueno el premio mínimo. Quizá por ello se encontró con tantos empates en estas tres campañas y sólo 13 derrotas ante sus aficionados. El empate fue el signo habitual con 25 igualadas registradas.

Volver a hacer de Huelva un plaza prohibida para los visitantes es el primer paso para aspirar a algo más que la permanencia. Si el Decano no eleva su puntuación como local en al menos una decena de puntos difícilmente estará en el grupo de los más competitivos. Sólo el equipo que se hace fuerte en su casa puede aspirar a algo.

Sólo ha sido capaz de sumar 20 victorias en los 58 partidos jugados hasta la fecha

En la 2015-16, la primera en Segunda B, el Recre sólo fue capaz de amarrar 25 puntos en su estadio. Se quedó en el 43% del total. Ganó cinco partidos y empató diez. Perdió muy pocos, tantos como el Cádiz en Carranza que fue tercero y ascendió, pero no pudo pasar de arañar una decena de empates. Posiblemente más de uno fruto de la intimidación del campo sobre sus visitantes. Los cuatro mejores locales de aquella campaña disputaron la fase de ascenso. La siguiente campaña mejoraron algo los registros con un triunfo más y 27 puntos. Ganó 6 de 19 partidos como local. Elevó su rendimiento hasta el 47%. Demasiado poco. El Murcia fue el mejor local con más del 75% de los puntos. Esa temporada sólo el Mérida se quedó fuera de los cuatro primeros tras ser el segundo mejor local con 41 puntos. Fueron dos campañas de supervivencia con plantillas muy condicionadas y enormes dificultades en las que pese a lo difícil que se puso encontró en las finales al Nuevo Colombino a su lado. Con unas expectativas mayores y mucho más potencial tampoco la anterior temporada significó la solidez necesaria en casa. El Recre hizo 30 puntos, con ocho victorias y perdió un partido más como local que en las dos anteriores. Elevó sus registros hasta el 52% aunque no pasó de ser el 14 local del grupo IV. En total, el Decano ha sumado sólo el 47,95% de todos los puntos jugados como local en estos tres años. En total ha jugado 58 partidos como local en Segunda B desde el descenso, incluyendo ya el choque contra el Don Benito de esta temporada. Sólo ha sumado 20 victorias. Un balance corto, aunque es cierto que ganó los duelos clave.

Ese espíritu de los grandes momentos es el que necesita cada quince días el Recre y sentirse con la fuerza necesaria para orientar la energía que transmite la grada. El Colombino impone tanto a los rivales como a los locales. Ha sido determinante para sostener en pie al Recre en momentos en los que cualquier otro conjunto habría dado con sus huesos en Tercera División. En situaciones límites fue clave para salvar la categoría con llenos como el del Granada B, Marbella, Linares o San Fernando, pero ahora el Recre necesita hacer de su casa un fortín habitual sin necesidad de volver a vivir situaciones extremas. El mensaje dentro del vestuario es clave: que cada partido en Huelva sea una final.

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