Recreativo

La agónica gesta del Recreativo de Huelva para lograr su segundo ascenso de categoría consecutivo

"Para ser del Recre hay que aprender a sufrir", le decía un padre a su hijo en la grada cuando el árbitro pitaba el final del partido del Decano con el Cacereño, que se iba a la prórroga. Y si había algunos jóvenes aficionados que no sabían lo que era eso, en este final de temporada han tenido oportunidad de aprenderlo con un completo máster de emoción y sufrimiento, a partes iguales.

Pocos ascensos se recuerdan tan dramáticos como el consumado este domingo por el Recreativo de Huelva. Hasta de una prórroga necesitó para certificar su salto de categoría. Fueron 30 minutos sin goles pero con los nervios a flor de piel. Con la tranquilidad de la ausencia de penaltis, pero con el temor de que un gol en contra sería prácticamente una condena.

No lo fue el que empezó encajando al comienzo del partido. En el minuto 6 se adelantó el Cacereño e hizo temer lo peor durante una hora. Del 6' al 66', del gol de Samu Manchón, al que hizo Dopi. Fueron 60 minutos de tiempo de juego en los que costó encontrar esperanza para darle la vuelta al marcador.

No sucedió así y acabó con el 1-1 que permitía seguir soñando con el ascenso. Otros 30 minutos para experimentar que nada es fácil para el Abuelo, y que no hay partido tranquilo para su afición. Suspense hasta el final, con una segunda mitad del tiempo extra que casi acaba con más de uno. Esta vez no hubo más goles y el Recre aprovechó el valor de una buena clasificación en la temporada regular: a falta del ascenso directo del primer puesto, el segundo le permitió ascender con un empate final.

Angustia con la Segoviana

Casi ocurrió lo mismo en la anterior eliminatoria, ante la Gimnástica Segoviana. Como en éste, el partido de ida, en campo rival, acabó con empate a cero, y la vuelta en Huelva, también haciendo buena la mejor clasificación tras la temporada regular, volvió a acabar en empate. Con el Cacereño este domingo fue a un gol, pero quince días antes se llegó a la prórroga con 0-0.

También hubo a quienes le pudieron los nervios y no aguantaron en su asiento del estadio para ver el final. Esos se enteraron del gol de Mbaye bajando las escaleras del graderío o ya en las afueras del Nuevo Colombino. El empate a cero habría servido también, como el 1-1 ayer, pero el futbolista senegalés recortó un minuto a la agonía final para transformarla en júbilo súbito en el minuto 119.

Dos prórrogas hay detrás de este salto de categoría, que es también el segundo consecutivo para el Recreativo. El del año pasado no necesitó de tanto: bastó con el primer puesto en la fase regular para ahorrarse las eliminatorias por el ascenso. Fue por la vía rápida, aunque no exento de sufrir también un poco por el temor de no lograr el objetivo.

Ahora el Decano ha consumado su viaje de la Tercera RFEF a la Primera RFEF; de la Preferente a la Segunda B. De las catacumbas a un entorno más familiar y cercano. Deja atrás la pesadilla de ese descenso a los infiernos del fútbol español, empujado por una discutida reestructuración federativa de las categorías a la que se sigue sin encontrar sentido, dos años después.

No será lo mismo el próximo año, en el que será mucho más complicado dar un nuevo salto hasta la Liga de Fútbol Profesional. De hecho, la temporada 2023/24 empezará por primera vez sin ningún club andaluz en la Segunda División. Tocará volver a reinventarse para seguir soñando con volver a la elite. Porque aun con sufrimiento, el Recre y su afición lo merecen.  

 

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