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La localidad busca lógica a la sinrazón

Es difícil que una mente cuerda pueda encontrar razones que justifiquen un crimen; más aún un infanticidio, que irremediablemente te pone frente a un caso de asesinato a sangre fría. Ésta es la razón que conlleva que a día de hoy se desconozca el móvil de un caso que ha conmocionado a todo un pueblo y cuyas últimas novedades no han hecho más que reabrir viejas heridas. ¿Quién podría haber cometido un crimen tan cruento y espurio? Y más aún: ¿por qué?

Esta pregunta, que ayer volvían a hacerse los almonteños, fue siempre el eje de la investigación, la incógnita en la que han trabajado día a día los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, en la certeza de que desvelando este nudo se dibujarían el autor o autores del crimen. Una meta en la que lleva trabajando 14 meses la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid, uno de los mejores equipos de investigación que mantiene en plantilla la Benemérita y que el martes realizó su avance más significativo en el caso: la detención del primer sospechoso, F.J.M.

El crimen sentimental siempre fue uno de las principales líneas de investigación tras descartarse el robo y sondear infructuosamente a la ciudadanía en busca de posibles enemigos de Miguel Ángel Domínguez. En medio de todo el revuelo mediático en que el municipio se vio envuelto, los familiares más cercanos del arrestado pedían cautela para que la ciudadanía no envenenara un ambiente tenso por los rumores que se extendían como la pólvora. Que nadie vulnerara el principio de presunción de inocencia hasta que acabase el trabajo de la Justicia fue su única petición. Pero Almonte se movía por la urgencia de buscar culpables, de "ver entre rejas" a los autores de "un crimen sin alma", de "quien la haga, que la pague". En este clima, las fotos de Medina, que supuestamente mantiene una relación sentimental con la madre de la niña asesinada, saltaban de móvil en móvil a través de Whatsapp como si se tratara de un virus incontrolable.

Almonte se debate entre la minoría que pedía un último ejercicio de paciencia a expensas de que se desbloquee el secreto de sumario y una mayoría que clama justicia. El único punto de unión fue que todos mostraban su pésame a la familia de Domínguez. A la par, también lo hacían con la del detenido que, más allá del designio de los acontecimientos, aseguran que "quedará marcada".

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