San Juan del Puerto

El juicio en Lima por la hija de Rubén García se pospone hasta el lunes 21

  • La jueza concede una moratoria a la madre de la menor para que pueda preparar su defensa

  • El vecino sanjuanero, desplazado con su hermano, sigue en Perú y sin poder ver a la pequeña

Varapalo para Rubén García y su familia, que esperaban con nerviosismo la celebración del juicio de restitución de menores previsto para el 11 de octubre en Lima (Perú) para reclamar a su hija de dos años, de la que no sabe nada desde febrero. Rubén y su hermano José Ángel, vecinos de San Juan del Puerto, han visto cómo la jueza encargada del caso ha pospuesto la celebración de la vista al 21 de octubre para que el letrado que asiste a la madre de la menor tenga tiempo de preparar su defensa

Los dos hermanos acudieron el viernes a la cita en el Juzgado 16º de Lima donde estaba prevista la celebración del juicio sin saber qué se iban a encontrar. Así, José Ángel explicó a este diario que la madre de la pequeña Gabriella se presentó a la cita acompañada por un abogado de oficio y por dos guardaespaldas armados, lo que encendió las alarmas entre los españoles que, junto a su abogado, se sintieron respaldados en todo momento por el cónsul de España en Lima, Víctor Murcia, el cual les acompañó durante la citación y les ha comunicado que volverá a hacerlo el próximo día 21.

El abogado de la madre de la pequeña pidió la nulidad del proceso internacional y para ello esgrimió ante la autoridad judicial que su defendida no se había enterado de las citaciones judiciales –ya que, además, la misma jueza la tenía declarada en rebeldía por no contestar a los requerimientos del juzgado– debido a que la dirección que consta en el Juzgado no se correspondía con donde ella vive. Al parecer se había podido enterar de la celebración del juicio por la redes sociales, contó el tío de la pequeña, que cree que estos argumentos son una treta de la defensa para dar una explicación a las ausencias de la madre y para pedir la nulidad del juicio, como también refrendó el abogado de la familia, Luis Raúl Serrano.

Ante esta situación, Serrano explicó a la jueza las circunstancias de sus representados –desplazados desde España para el juicio y para buscar a la niña– y presentó toda la documentación aportada por su parte con el sello de La Haya, las cuales han sido aceptadas, ya que el abogado de la madre pretendía tumbar el proceso internacional, dejando a los españoles en un punto muerto.

Así las cosas, la titular del juzgado, después de decirles que hasta noviembre o diciembre no se podía dar nueva cita para la vista, ofreció una nueva fecha diez días después de la inicial. Todo ello supone que los dos hermanos permanezcan en Lima hasta el día 21 con un aumento considerable de sus gastos –y sin poder atender sus actividades laborales– y en una situación de miedo e inseguridad, solo aliviada por el apoyo del cónsul, de quien José Ángel García ha alabado su disposición a ayudar en el caso.

El coste del aplazamiento

Tras este encuentro en dependencias judiciales, el letrado Serrano pidió a la jueza medidas para contar con un régimen de visitas para que Rubén y su hermano puedan ver a la niña, de la que nada se supo en el encuentro entre las dos partes. Asimismo, el padre y el tío de la pequeña tampoco saben cómo se está atendiendo a la menor, ya que, según les consta a ellos, la madre no tiene ingresos propios, aunque el padre tiene entregada la cantidad consignada por la jueza en concepto de alimentos para su hija, sin que desde que llegaron a Lima el pasado 6 de octubre sepan nada de la pequeña Gabriella.

Además del abogado de oficio y los dos guardaespaldas armados, a la madre también la acompañaba un representante del Ministerio de la Mujer y Personas Vulnerables de Perú, hecho que asombró a los vecinos de San Juan del Puerto y a su abogado, que entienden que “la vulnerabilidad la tiene Rubén”, en tratamiento psicológico desde que no puede ver ni saber nada de su hija desde el pasado mes de febrero.

Los abuelos paternos de la pequeña, así como el resto de la familia, han recibido el aplazamiento con nerviosismo y sin querer perder la esperanza en la Justicia. “Estamos asustados”, señaló Alicia, cuñada de Rubén, a este periódico, porque estar allí más días les parece inseguro. “Al menos tenían que haberle dejado ver a la niña”, insiste, y esperan que en este sentido consigan buenos resultados.

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