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La Plataforma Fuegos Nunca Más lamenta que tras casi dos décadas aún no se conozca al autor del incendio que asoló Berrocal

Situación en la que quedaron los montes tras el incendio de Berrocal

Situación en la que quedaron los montes tras el incendio de Berrocal / Pastor Cornejo (Huelva)

El portavoz de la Plataforma Fuegos Nunca Más, creada tras el incendio que en 2004 quemó unas 28.000 hectáreas de monte entre las provincias de Huelva y Sevilla, Juan Romero, ha lamentado que, 19 años después, siga sin saberse "quién fue el culpable de esta tragedia".

Romero ha lamentado el estado en el quedó su pueblo, Berrocal, donde la población se ha reducido a menos de la mitad, ya que, entre otras cosas, con las llamas se fueron los alcornoques que dotaban de vida y corcho a su cooperativa, que hoy día mueve unos 1.000 quintales de este producto, muy lejos de los 10.000 de la última campaña antes de aquel verano.

El incendio, que se inició el 27 de julio de 2004 y fue sofocado el 4 de agosto, ha sido recordado esta semana con una concentración simbólica sobre todo con los niños del pueblo. "Ellos no sufrieron las consecuencia de los mayores, que tuvieron que ser evacuados", ha dicho Romero, que ha recordado que dos personas murieron en el siniestro, que causó la ruina económica al municipio, en el que hoy en día viven unas 300 personas. "Todavía estamos esperando saber quién fue el culpable, quién prendió fuego y quién fue el responsable, pero posiblemente nunca sepamos quién fue el autor material", ha lamentado. Romero recuerda que el incendio destruyó un bosque centenario, que tardará cien años en recuperarse, aunque en los campos del pueblo hay lentiscos, acebuches y alcornoques que han brotado por sí mismos, "porque son muy resistentes, e incluso las jaras han vuelto a recuperar el territorio, tras empezar a brotar después de un año, con o sin intervención humana". Con ese paisaje, los 600.000 euros de facturación de la cooperativa se han reducido a 60.000, lo que ha lastrado la recuperación económica del pueblo, que recuerda la importancia de vigilar el estado de los montes de la zona, ya que algunos son "un auténtico polvorín por la situación de abandono que tienen"

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