inmigración | acciones para acabar con los asentamientos

Objetivo:salir de la chabola

  • Un joven senegalés ocupa la primera vivienda alquilada en Lepe a inmigrantes con un proyecto de la fundación Fecons

  • La iniciativa pretende lograr la integración con vida digna

Por muy avanzada que pueda parecernos la sociedad en la que vivimos, las desigualdades no solo siguen estando muy presentes, sino que están a la puerta de casa. Acciones tan cotidianas como abrir un grifo (y que salga agua potable), hacer una cama, tender la colada, o simplemente cocinar, no están aún al alcance de muchas personas que, procedentes sobre todo de países del Magreb y del África Subsahariana, malviven en los asentamientos de chabolas que comenzaron a aflorar en algunas de las localidades más ricas de la provincia de Huelva hace ya varias décadas al albur del desarrollo del campo onubense.

Papa Demba Diouf (35 años), con quien Huelva Información ha tenido la oportunidad de hablar, es uno de tantos inmigrantes que, procedentes de Senegal, han llegado en los últimos años a nuestro país dejando sus familias a miles de kilómetros. Arriesgan sus vidas para cruzar el Mediterráneo en una patera a merced de las mafias que se lucran del tráfico de seres humanos y, por tanto, de las necesidades y el sufrimiento de quienes solo ansían una vida más digna. El caso de Diouf no es muy distinto al de otros muchos compatriotas suyos, o al de otras miles de personas que, procedentes de otros países, decidieron un buen día abandonar sus casas huyendo del hambre, la miseria o los conflictos armados, en busca de una mejor vida.

Este joven senegalés lleva un año y medio en España, país al que llegó en patera desde Tánger. Desde su salida de Senegal hasta llegar a España transcurrieron dos años, tiempo durante el que se vio obligado a trabajar en condiciones extremadamente duras para lograr el dinero suficiente, no solo para sobrevivir sino, sobre todo, para abonar a las mafias el peaje para llegar a Europa. Su tierra prometida. Se guarda la cifra del desembolso, pero sí recalca que "fue muy alta".

Aunque para el joven fue más duro separarse de su familia y del resto de seres queridos, principalmente su mujer, sus dos hijos menores y sus padres, a los que no ve desde hace más de tres años.

Una vez en nuestro país, el joven senegalés deambuló por distintos municipios hasta llegar a Mataró (Barcelona). No trabajó durante todo ese tiempo y la falta de recursos le obligó a vivir en la calle. Finalmente se trasladó a Lepe atraído por las campañas agrícolas onubenses y, como la mayoría de quienes se encuentran en su misma situación, se instaló en uno de los asentamientos de chabolas del municipio. Allí malvivió en condiciones "extremadamente duras" durante cinco largos meses, hasta que hace unas semanas la suerte le sonrió.

A Papa Demba Diouf se le presentó una oportunidad que no ha desaprovechado para dar un giro radical a su situación. Se le ofreció participar en el proyecto Lepe-Hábitat, una de las acciones de la Agenda 2020 que impulsó en 2014 la Fundación Europea para la Cooperación Norte-Sur (Fecons), y a la que se sumaron la Asociación de Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad (Asnuci) y el Ayuntamiento lepero, entre otros, cuyo principal objetivo es erradicar los asentamientos chabolistas en el municipio antes de 2020.

El joven senegalés también tuvo la enorme fortuna de conocer a Juan José Domínguez, un vecino de Lepe propietario de la vivienda en la que reside desde hace varias semanas junto con otros cinco inmigrantes, todos provenientes de los campamentos de chabolas de la localidad. Se trata de los primeros beneficiarios de Lepe-Hábitat, que, detalla Mónica Montaño, coordinadora de Fecons, está creando una bolsa de viviendas vacías y otros recursos de alojamiento para ponerla al servicio de los trabajadores que viven en los asentamientos.

La gran novedad de la iniciativa, prosigue Montaño, es que "ofrece garantías y beneficios a los propietarios de los inmuebles". En primer lugar se les da la oportunidad de "no tener una vivienda vacía y deteriorándose". Otra ventaja, y quizás la más importante, es que la vivienda es alquilada por Fecons o Asnuci, entidades que "sirven como aval y garante". Otras garantías son el seguimiento del estado del inmueble ya que "el propietario puede acceder al mismo periódicamente para comprobarlo"; el servicio de limpieza y mantenimiento semanal que llevan a cabo ambas organizaciones; o el equipamiento y adecuación de aquellos inmuebles que así lo requieran, sin coste para el propietario.

Los promotores de la iniciativa se han propuesto contar con una bolsa de 60 viviendas este primer año de aplicación del proyecto, una cifra que permitiría sacar de los asentamientos del municipio a las aproximadamente 300 personas que viven de forma permanente en ellos, algunas desde hace ya más de diez años. En una segunda fase, y de cara a cumplir el principal objetivo del proyecto, Ayuntamiento, Fecons y Asnuci pretenden que se sumen a la iniciativa buena parte de los propietarios de las más de 1.900 viviendas vacías que según sus cálculos existen en el término municipal. Ello permitiría realojar en ellas a las aproximadamente 1.300 personas que acuden al municipio de forma temporal durante las campañas agrícolas.

Para Marius Nsadap, presidente de Fecons, el cumplimiento de estos objetivos es "fundamental" por dos cuestiones. Primero, "por justicia social", pero también "por desarrollo local". "No se concibe que en las localidades más ricas de Huelva se den situaciones tan inequitativas e injustas como el chabolismo, que además es sinónimo de segregación o racismo".

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