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Las lluvias del invierno devuelven la vida a la Fuente Redonda, la más emblemática de Cañaveral de León

El manantial de la Fuente Redonda de Cañaveral de León cobra vida

El agua no es solamente un elemento indispensable para la vida. En muchos de los pueblos de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche es una seña de identidad. En municipios como Cañaveral de León, sus señeras fuentes, que han regado huertos y han ayudado a fortalecer la agricultura y la ganadería durante años, conforman hoy uno de sus mayores bienes patrimoniales.

Este es el caso de la Fuente Redonda, en Cañaveral. El onubense Dani Zamora, responsable del portal meteorológico Meteohuelva, ha compartido en sus redes sociales un bello vídeo de este emblemático "monumento" con agua, después de llevar años seco. "Un vídeo que pone los pelos de punta de la emoción que transmite. El manantial de la Fuente Redonda de Cañaveral de León ha vuelto a la vida estos días. Llevaba seco desde el año 2019", cuenta. Asegura a este periódico que la actual imagen se debe a las lluvias del invierno: "Ya está el suelo algo saturado de humedad por lo que los riachuelos cobran vida", explica Zamora.

La Fuente Redonda

Los orígenes de Cañaveral de León están estrechamente vinculados a su medio físico y a su pasado histórico, apuntándose también su relevancia como cruce de caminos en los desplazamientos de ganado. Su nombre deriva por un lado de la vegetación natural de cañas que supuestamente crecía al pie del manantial, en torno al cual surgió el asentamiento de población, y por otro a su dependencia de la Encomienda Mayor de León.

Frente a la escasa relevancia de los cursos de agua “visibles” la hidrogeología ha permitido la existencia de un importante acuífero kárstico en la zona. La principal fuente de recarga del mismo es la infiltración por escorrentía superficial de las aguas de las sierras de Jacaco y El Puerto. Por su  parte su salida más importante es el manantial situado en pleno centro del núcleo urbano, donde los recursos son captados para convertirse en el soporte básico del consumo humano y de las actividades económicas. Dicho manantial se considera la razón de ser del municipio, el factor determinante del asentamiento humano en este territorio y de su devenir histórico. Estas aguas encuentran como primer receptáculo la Fuente Redonda, de origen árabe.

El manantial de la Fuente Redonda de Cañaveral de León El manantial de la Fuente Redonda de Cañaveral de León

El manantial de la Fuente Redonda de Cañaveral de León / Ayuntamiento de Cañaveral de León (Cañaveral de León)

Los primeros indicios de poblamiento en el municipio son de tipo prehistórico, remontándose al menos a la Edad del Cobre, ya que en la Sierra de Jacaco se ha encontrado un yacimiento de esta época. Pese a contar con estos orígenes remotos los primeros datos escritos sobre la villa cañetera son del período de la Reconquista, por el cual estas tierras pasaron de manos musulmanas a manos cristianas a mediados del siglo XIII. Dicha Reconquista fue llevada a cabo por la Orden Militar de Santiago, perteneciente al Priorato de San Marcos de León, que repobló el lugar con gentes procedentes de Castilla y León. Más concretamente fue en 1247 cuando esta Orden, con su Maestre Pelay Pérez Correa, incorporó este territorio al dominio de la Encomienda Mayor de León en la por entonces indivisa Extremadura, apareciendo bajo la tutela municipal de Fuentes de León y el Partido de Llerena. 

La secuencia cronológica a partir de aquí tampoco es fácil. Además, su proceso histórico desde entonces y hasta 1833, fecha en la que pasa a formar parte de la provincia de Huelva, es distinto al de la mayor parte de la serranía onubense. Esto se debe a que, como consecuencia del proceso conquistador cristiano, Cañaveral de León y el vecino Arroyomolinos de León no se incluyeron en el espacio de realengo de la Tierra de  Sevilla, ni en su Banda Gallega, sino que formaron parte de la Provincia de León, quedando vinculada a lo que sucedía en la Baja Extremadura.

Las aspiraciones de los cañeteros de constituirse en municipio independiente se consumaron a finales del siglo XVI. Fue en 1589 cuando Felipe II concedió el título de Villa a este asentamiento a cambio de entregar 16.000 maravedíes por cada uno de los vecinos. El pago se tenía que hacer efectivo en cuatro anualidades de igual cuantía. La independencia se consumó en 1598, obteniendo en 1591 privilegios reales para atraer pobladores. No obstante su pertenencia a la Encomienda Mayor de León se mantuvo hasta que ésta fue disuelta en 1833. De hecho en 1633, al igual que otros pueblos de dicha Encomienda, mantuvo pleitos con el municipio vecino de Hinojales por apropiación indebida de parte de los límites territoriales.

En 1833, tras la nueva demarcación territorial de España, pasó a formar parte de la recién creada provincia de Huelva, convirtiéndose en límite provincial y también autonómico. Mantuvo por tanto su carácter fronterizo. En 1854 la villa conoció una reducción de su término municipal tras el resurgimiento en 1851 del pleito con Hinojales por cuestiones de deslinde, quedando desde entonces los actuales límites. 

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