El triste paso del narcotráfico también se siente en las playas

Los voluntarios que acudieron a la Flecha del Rompido a limpiar el arenal virgen de sus playas desvelaron una imagen terrorífica. Más allá del incivismo de los bañistas que disfrutan de un paraíso sin tener el detalle siquiera de recoger su basura, el litoral se ha convertido en atracadero habitual de narcos. Bidones de gasoil desvelan que la zona más solitaria de la costa onubense es también una de las favoritas para quienes trafican con narcóticos. Una imagen muy triste.

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