La otra orilla
Dimas Haba
Soberanía alimentaria
Los afanes
Que ya se ha perdido hasta el piropo a la gaditana, las coplas aquellas a las mujeres de Cádiz que se hacían con salero y con arte, y desde luego con educación y con respeto. Que esto no hay quien lo conozca. Que, por perderse, se han perdido hasta los silencios en las presentaciones de las agrupaciones del concurso del Falla.
En los años 80, en las presentaciones de las chirigotas, había unos silencios que no puntuaban (o mejor, que no penalizaban). Algunas agrupaciones hacían verdaderas barbaridades, como, por ejemplo, en la final del 86, Las Momias de Güete pa Gua los Niños (chirigota de los hermanos Villegas) cantaron aquello de Jurado cabrón porque no pasaron Los Cubatas a la final, o en el año siguiente, el mismo grupo, que se llamaba Terror terrorífico en la casa del horror horroroso, en vez de presentación hicieron un teatrillo en el que uno de los componentes se disfrazaba del Cojo Manteca y destrozaba una parada de autobús, que en aquella época estaba aquello muy a la orden del día.
Esta España no la va conociendo nadie. La España de los extremos. Y los extremos nunca fueron buenos, y aquí ya hay un 15% de ciudadanos de extrema izquierda y otro tanto muy similar de extrema derecha. Hablamos de varios millones de individuos. Lo que los extremos hacen, a lo largo de la historia, es perjudicial para el resto de los ciudadanos, y perjudicial para ellos, aunque no lo saben o no saben como enterarse, que en el fondo es lo mismo.
El filósofo británico A.C. Grayling decía hace unos días en una entrevista: "En las redes sociales existen noticias falsas y gente sexista, racista, fascista que ahora tiene una voz amplificada. Las redes son una amenaza para la democracia porque son tan fáciles de manipular, tan fáciles de usar para desinformar, para difundir propaganda y mentiras… Lo hemos visto en la elección de Trump y más todavía en el referéndum sobre el Brexit". Y en España no nos quedamos atrás. Las noticias que leemos en las redes sociales suelen estar manipuladas para interés o de esa extrema izquierda o de la extrema derecha. Y los resultados son muy alarmantes.
Y ese piropo a la gaditana que se ha perdido, como se perdieron tantas cosas de nuestra vida, de una vida que no dispone de marcha atrás. Porque cada tiempo tiene momentos malos y momentos buenos, y los buenos es preciso recordarlos, y tenerlos presentes. Por más que se empeñen en desmemoriarnos, hay que mirar para adelante, pero sin olvidar todo lo bueno que tenemos en los recuerdos.
También te puede interesar