El circo sigue, y nosotros continuamos aplaudiendo a los payasos, pero aplaudimos sin dejar rastro y en silencio, como buenos borregos. Y como buenos borregos solo seguimos viendo en los medios lo que los gobiernos quieren que veamos. Ha tenido que llegar un problema para descubrir o darnos cuenta de que España es un país bananero. Bueno, a decir verdad, hay que reconocer que aún existe una gran mayoría que no se ha dado cuenta de nada, ni lo va a hacer. Son los que permanecen en ese limbo insólito de conformidad y asentimiento. La ignorancia es gratis, sí, muy gratis.

La salud no interesa, han demostrado que les interesa poco. Saben complementar el miedo con la realidad, la destrucción con el confinamiento. Pero ellos siguen robando, es lo único que tienen en sus mentes. En España hay un enfermero cada tantos españoles (el número no importa, para qué), pero en cambio hay tantos y tantos asesores por cada político. ¿Se dan cuenta? Si realmente les interesa volver a encerrarnos deberían suprimir muchos de los impuestos que desde el mes de marzo del año pasado seguimos pagando, deben ayudarnos, digo yo. Pero en este país bananero hay que seguir pagando la basura de nuestros políticos. A eso se le llama engaño, estafa, o la gran mentira. ¿No sería mejor que se confinaran todos los políticos para no salir nunca más?

La frase de moda de la semana es: prohibido cuestionar. YouTube cierra canales y elimina vídeos indicando tan solo lo de prohibido cuestionar a YouTube. Así de simple. Ocurre igual con Twitter, y con Facebook. Todo aquello que sea contrario a una opinión exclusiva queda cuestionado. ¿No le recuerda a algo? ¿Dónde está la libertad de expresión? ¿O la libertad, simplemente? ¿Y la democracia? Esto es un claro ejemplo de censura, guiada por aquellos que la quieren y la desean. Mantenida a golpe de talonario que proviene de aquello que nos roban, o nos quitan. La compañía Disney elimina de su catálogo para niños Peter Pan, Dumbo y Los Aristogatos por racistas. Leo esto y sonrío. Ya es lo que quedaba por escuchar. ¿En qué mundo estamos viviendo? O mejor, ¿qué mundo estamos construyendo a nuestros hijos? Los mismos hijos que sonreían y se alegraban de ver a Dumbo, a Peter Pan y a Los Aristogatos. La mayor estafa piramidal de nuestra vida es el estado, y en él, la democracia. Y todo para mantener sus sueldos y privilegios. Y ahora con esto de prohibido cuestionar ha comenzado el gran debate, el debate del silencio, el debate de la confirmación de la mentira, el debate de la inseguridad.

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