Crítica de Cine fila siete

Vicente

Los perros de la guerra

'juego de armas'

Cines Aqualon Puerto Huelva, Al Andalus Punta Umbría y Cines Atesiete Holea Huelva.- Producción: Estados Unidos 2016.- T.O.: 'War dogs'.- Duración: 114 minutos.- Director: Todd Philips.- Guión: Stephen Chin, Todd Philips y Jason Smilovic.- Fotografía: Lawrence Sher.- Música: Cliff Martínez.- Montaje: Jeff Groth.- Intérpretes: Miles Teller, Jonah Hill, Ana de Armas, Shaun Toub, JB Blanc, Eddie Jemison, Kevin Pollak, Bradley Cooper

Si atendemos al título original, War dog, justo es hablar de perros de la guerra, y de alguno muy parecido que ya se ha usado en el sucio y canallesco negocio del tráfico de armas. Más de uno dirá que no es un asunto para tomárselo a broma. Y podríamos asegurar que siendo el director de esta película, Tod Philips, un reputado artífice de la comedia, lo que aquí se ha llamado Juego de armas, sin ser ajeno al tono del género, estamos más bien ante una intriga dramática o, fieles al argot habitual, un thriller de muy significativos rasgos más bien trágicos. Sobre todo por su malévola intención.

Puede ello extrañar a quienes tienen un concepto de este actor, guionista, productor y director estadounidense, notablemente conocido en los últimos tiempos por su popular y muy taquillera saga Resacón en Las Vegas, que se inició en 2009 y continuó en 2011 con dos entregas más, en la línea de ese cine gamberro y desmadrado. Pero la visión de esta película nos depara perspectivas más circunspectas, maduras y de planteamientos más elevados sin que por ello pierda sus propósitos realmente corrosivos, insolentes y desenfadados en muchos de los pasajes del film que incide directamente en el tráfico ilegal de armas.

Nos cuenta así la historia real de dos traficantes de armas de unos veinte años de edad en Florida, Efraim Diveroli y David Packouz. Viven en Miami Beach y en el curso de la guerra de Irak, se aprovechan de una iniciativa gubernamental no muy conocida que permite a las pequeñas empresas acceder a licitaciones sobre contratos con el ejército de los Estados Unidos. Tal actividad les permite en principio de manera reducida y luego más ampliamente, ir consiguiendo importantes ingresos. Se embolsan elevadas cantidades de dinero y ello les conduce a vivir no sólo desahogadamente sino a permitirse todo tipo de lujos y dispendios. Pero el negocio se les va de las manos cuando tras llegar a un acuerdo que importa trescientos millones de dólares para suministrar armas al ejército afgano, entran en relación con personas nada recomendables. Algunas de ellas pertenecientes el propio gobierno estadounidense.

En fin, como la vida misma. Tan turbio negocio sirve a Todd Philips para hacer de esta historia verídica -"si fuera una historia de ficción no la habría rodado", ha dicho el director-, para emprender una aguda sátira sobre la el polémico conflicto del tráfico internacional de armas. Es una ágil y aguda denuncia de uno de los negocios más lucrativos del mundo y por otra parte retrata la miserable condición de muchos cuya ambición y ausencia total de escrúpulos les lleva a los más desmedidos excesos y depravaciones. Aún dentro de sus notorios esquemas de fábula moral, sus incisivas críticas y a pesar de su adaptación a veces a recursos más manidos, logra un alto grado de ocurrente ironía y se adentra con mayor firmeza y sentido humorístico en un cine más adulto y más abierto a la variedad de géneros. Con una magnífica actuación del dúo protagonista, Miles Tiller y Jonah Hill, y una cada día más irresistible Ana de Armas.

Quiroga

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