Los diez minutos de Huelva

“Lo que no nos ha explicado nadie es por qué ese mismo criterio no se aplica en todas partes y a todos los españoles por igual”

En diez minutos se cuece un huevo, se apaga un fuego, se planta un árbol, se aprueba un examen, se salva una vida, se pincha una rueda, se hacen unos espaguetis, se pierde un avión y se gana un partido o incluso una Liga. En diez minutos pueden pasar muchas cosas, pero por lo visto tus diez minutos y los míos valen menos que los de un madrileño, un sevillano, un malagueño y por supuesto mucho menos que los de un pucelano, porque tus diez minutos, y los míos, no compensan, dice el ministro Óscar Puente, la inversión necesaria para traer la alta velocidad a Huelva, una promesa tantas veces repetida que, por lo que nos cuentan, es hora de que vayamos olvidando. El ministro ha explicado que han pensado que lo mejor es construir una red “ex novo de ancho internacional”(él sabrá a lo que se refiere, que yo de esas cosas no entiendo) porque lo otro es una“inversión bestial” que, se deduce, en Huelva no nos merecemos por alguna extraña razón que no alcanzo a entender. A la subdelegada del Gobierno en Huelva, María José Rico, el anuncio del lunes del ministro la pilló a contrapié porque esperaba hacerlo ella a bombo y platillo en junio, pero aún así explicó como pudo la idea del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que consiste básicamente en construir una variante de 45 kilómetros en el trazado actual (del siglo XIX, recordémoslo) para ahorrarnos alrededor de media hora de viaje en una travesía que dura hora y media. Rico asegura que lo haríamos “en menos tiempo, con muchísimos menos problemas medioambientales, con mucho menor impacto, más fáciles de financiar y mucho más fáciles de ejecutar”. Una bicoca, vaya. Lo que no ha explicado es por qué ese mismo criterio no se aplica en todas partes y a todos los españoles por igual. Por qué mis diez minutos, y mi dinero, se pueden gastar en todas partes menos aquí, y no lo explica porque sabe que nuestro problema no es Puente -al que hay que reconocerle al menos que ha sido el único ministro que se ha atrevido a decir lo que todos han pensado a lo largo de estos veinte años de promesas rotas- ni tampoco Rico, que al fin y al cabo lo de ser la voz de su amo lo lleva en el cargo. Nuestro verdadero problema es que tenemos a los culpables dentro. Nuestra tumba son los que callan: un PSOE de Huelva cobarde y servil que ni siquiera se ha inmutado ante la ofensa y el agravio del Gobierno de su partido a nuestra tierra y, frente a ellos, un Partido Popular que se frota ahora las patitas olvidando que también ellos han gobernado el país y que guardaron en oscuros cajones el proyecto de la alta velocidad. Un PP de Huelva que se indigna con el AVE pero que se calla la boca ante un nuevo retraso del Hospital Materno Infantil porque, dice el presidente Moreno, “los recursos son muy limitados” como para malgastarlos (esto lo digo yo, no el presi) en Huelva. En el puñetero culo del mundo en el que los unos y los otros nos han convertido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios