Tonto el que lo lea

“No está la cosa para desperdiciar la oportunidad que nos ha brindado el destino de llegar hasta el mismísimo ministro”

Mira tú por dónde por fin voy a poder venir aquí a hablar de mi libro. Metafóricamente, claro, que aquella coletilla antológica de Umbral ha terminado convirtiéndose en una frase hecha que se utiliza cuando uno quiere hablar ‘de lo suyo’, y a eso vengo yo hoy, a hablarles de lo mío, que es el press clipping. “¿El press qué?”, me preguntarán, y yo les explicaré que también se conoce como seguimiento de prensa y que consiste, básicamente, en que alguien (que puede ser una institución, una empresa o quien le dé la gana) contrata a una empresa un servicio de informes en los que que se busca, y algunas veces se analiza, todo lo que se dice sobre él en los medios de comunicación. Esto se hace, claro, a través de una tecnología de la leche que utiliza palabras clave, IA y toda la parafernalia, de modo que, por ejemplo, si Elon Musk tiene un buen servicio de press clipping, en cuanto se publique este Zurriago ya lo tendrá sobre la mesa, porque lo he nombrado. Se pueden incluso usar combinaciones de palabras. Por ejemplo, si escribo “Miranda Huelva” y la alcaldesa tiene un servicio de seguimiento de prensa decente, debería haber recibido este artículo en su correo electrónico esta mañana bien temprano (aprovecho para pedirle que no desmantele en Centro Jesús Hermida). Todo esto viene a cuento por el revuelo que han montado las declaraciones del ministro de Transportes, Óscar Puente, en una entrevista con Carlos Alsina esta semana en la que ha dicho que tiene a su “equipo” buscando insultos de columnistas contra él. Obviamente, el ministro no tiene a tropecientos funcionarios mirando periódicos, sino que es su empresa de press clipping la que le hace el trabajo. Como ustedes comprenderán, no está la cosa como para desperdiciar la serendipia en cuestión, esta preciosa oportunidad que nos brinda el destino, de llegar hasta el mismísimo ministro de Transportes, así que aquí está el Paco Muñoz para intentarlo a pecho descubierto. Lo primero, claro, es escribir algo así como que “Óscar Puente es tonto” para que este Zurriago aparezca hoy en su dossier de prensa. Lo segundo, una vez captada la atención del ministro, debe ser aprovechar para contarle que en esta provincia llevamos un cuarto de siglo esperando a que al menos se acabe de redactar el proyecto de la línea de alta velocidad entre Huelva y Sevilla, que llevan prometiéndonos desde el año 2000 todos los ministros de Transporte desde Arias Salgado, que fue el primero en soltarnos la trola de esta licitación eterna. Que todos ellos nos han ido mintiendo invariablemente desde entonces de la forma más infame, lanzando al aire fechas falsas, informes inexistentes, trazados inviables y hasta estaciones de tren fantasma. Que ninguno ha sido capaz de explicarnos por qué los onubenses nos merecemos una vía tercermundista, por qué la inversión ferroviaria por habitante en la provincia es cinco veces menor que la media española, por qué somos la única provincia costera de España sin aeropuerto, por qué ya no tenemos derecho al doble carril que nos prometieron en la N435 y, lo más importante, por qué ningún diputado onubense de su partido le ha contado todo esto antes. Por qué aquí nadie se pone a hacer su trabajo y dejan de engañarnos de una puñetera vez.

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