El enemigo en casa

“El Centro Jesús Hermida que quieren desmantelar es justo la mitad de la de por sí raquítica oferta museística de la ciudad”

El centro de la comunicación Jesús Hermida, en Huelva capital.

El centro de la comunicación Jesús Hermida, en Huelva capital. / Alberto Domínguez

El otro día se jodió el tren que venía de Madrid (menuda novedad), y esta vez iba dentro un tipo famoso, el televisivo Juanma López Iturriaga, que venía de camino a Huelva para ver los partidos de la Copa de la Reina de baloncesto. El hombre aprovechó su popularidad para quejarse, con mucha elegancia y sentido del humor -eso lo puede hacer porque no le pasa todos los días, como a nosotros-, en un vídeo en el que pedía ayuda al ministro de Transportes, Óscar Puente, que además de la rutilante nueva estrella del show político nacional, es uno de esos que sufren de incontinencia tuitera, por lo que no pudo evitar salir al paso con un tuit en el que comentaba las causas y consecuencias de la incidencia que tenía el tren parado desde hacía más de tres horas.

Los huelvanos y el resto de pupilos que se comen la misma incidencia todas las semanas, claro, tampoco pudieron evitarlo y emplearon la tarde en darle estopa al ministro, al que se le achacaba, no sin razón, que se dedicaba a soltar pasta en Castilla y León y que por aquí se dejaba caer bien poco a pesar de que tenemos el cotarro ferroviario patas arriba. Que nos tienen abandonaos y blablabla. Lo hartaron, vaya, y aunque es verdad que el ministro hubiera estado más guapo metiendo el dedo en cualquier sitio menos en el teclado, tampoco es menos cierto que el hombre se ha convertido últimamente en el blanco fácil de todas nuestras iras, cuando prácticamente acaba de llegar. Óscar Puente se está comiendo el marrón de todo lo que no han hecho por la alta velocidad a Huelva no sé cuántos ministros del ramo antes que él y, lo que es peor, de lo que no ha sido capaz de hacer ni uno solo de los diputados por Huelva en treinta y tantos años.

No seré yo quien venga aquí a defender al ministro que nos ha condenado hasta 2050 (mínimo) sin AVE, pero muchas veces me pregunto por qué en esta provincia tenemos la manía de echar a los de fuera la culpa de todos nuestros males cuando es evidente que, puestos a repartir responsabilidades, los nuestros se llevan el oro. Aquí somos expertos en hacernos daño a nosotros mismos, ya sea por omisión, como con esto del tren y el resto de infraestructuras por las que nuestros diputados nunca han luchado como deben, como por acción, como lo que está pasando ahora con la esperpéntica idea del Ayuntamiento de desmantelar el Centro de la Comunicación ‘Jesús Hermida’, un espacio cultural singular que, entre otras cosas, destaca por ser exactamente la mitad de la de por sí raquítica oferta museística de la ciudad. Lo más gracioso es que luego nos quejamos de que nos faltan museos, así que uno no sabe si lo de tirar uno de ellos a la basura es porque somos así de idiotas, por miopes, por acomplejados o porque realmente tenemos algún tipo de grave trastorno autodestructivo. Sea por lo que sea, tenemos un serio problema. Nos estamos dejando la vida y la energía mirando a Madrid y a Sevilla y resulta que nuestro peor enemigo lo tenemos en casa. Que el lastre más pesado de Huelva somos nosotros mismos.

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