De Huelva al Nirvana

“Aquí en Huelva llevan décadas soltándonos un ‘rollito’ parecido, así en plan asceta, con el tema de las infraestructuras”

Cuenta la leyenda que, ahí donde lo ven, Siddharta Gautama, luego llamado Buda a secas, era tan austero que comía solo un grano de arroz al día. A nada que uno eche un vistazo a un par de estatuas se dará cuenta de que, efectivamente, aquello no era más que eso, una leyenda, a no ser que la frasecilla se interprete de forma más o menos ambigua y se deduzca que el hombre sí que comía solo un grano de arroz cada día, pero luego se manducaba todo lo demás, o bien -que todo es posible-, que al pobre le pasara como a mí y a más gente que conozco (puede que a usted también), y es que resulta que engordo sin comer prácticamente nada. En todo caso, convendrán conmigo en que lo del granito de arroz como única comida diaria suena más bien a parábola acerca del sacrificio, la sencillez, la importancia de conformarse con lo que a uno le toca y todas esas cosas que terminan llevándote al Nirvana. Me acordaba yo el otro día de Buda y pensaba que aquí en Huelva llevan décadas soltándonos un rollito parecido, así en plan asceta, con el tema de las infraestructuras, o sea, que de cuando en cuando nos dan un granito de arroz y nos echan a dormir hasta el día siguiente, creyendo, probablemente, que con eso tenemos suficiente, pero nada más lejos de la realidad. El Consejo Económico y Social de la Provincia de Huelva (CESpH) presentó la semana pasada su Libro Blanco de las Infraestructuras, en el que se cuantifica en 3.000 millones de euros la cantidad mínima que Huelva necesita para aspirar a cierta prosperidad. El desdoble de la carretera N-435, que costaría 1.000 millones de euros; el aeropuerto, con 186 millones; el AVE, por 1.500 millones; la modernización de la línea férrea Huelva-Zafra, a 165; y la conclusión de la presa de la Alcolea, por 75 millones, son los seis proyectos que el CESpH considera prioritarios y que, de momento, siguen durmiendo un plácido sueño mientras Adif nos regala, fíjense el detallazo, tres millones de euros para arreglar unas cuantas traviesas de la línea de tren Huelva-Sevilla, una actuación que “incrementará la fiabilidad” de la estructura, dicen, lo que no deja de resultar gracioso porque para incrementar la fiabilidad de algo es necesario que haya sido fiable alguna vez antes. No se confundan: no tengo nada que objetar a esos 3 milloncejos, que cualquier inversión que venga siempre será bien recibida, pero no deja de sorprenderme que a estas alturas del partido siga habiendo quien nos venga con la milonga de que hay que ir poco a poco, que no podemos pretender tenerlo todo y demás cuentos que ustedes conocen de sobra. Lo más terrible es que esos seis proyectos “ineludibles” de los que habla el CESpH, se lo juro por mis muelas, son exactamente los mismos que ya eran ineludibles cuando empecé a escribir en este mismo periódico hace 27 años. Lo más sorprendente no es que, estando tan hambrientos como estamos, sigan echándonos estos minúsculos granos de arroz en el plato, sino que todavía lo soportemos. Lo que resulta verdaderamente incomprensible, lo más extraordinario, es que no hayamos mordido todavía, ñam, la mano que nos sirve tantas migajas.

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