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Me dijeron de pequeño dónde vas que tú no puedes". Cuántos habrán escuchado, una y otra vez, esta popular canción de Manuel Carrasco. Una letra a todos los que tuvieron miedo, a los que no creyeron, a los que no se atrevieron. Una canción que, como la gran mayoría de las que tiene el isleño, te elevan el ánimo, te dan ganas de vivir y de luchar por tus sueños.
Hay que vivir el momento, Aprieta, Mujer de las mil batallas, Déjame ser, No dejes de soñar, Yo quiero vivir, Qué bonito es querer… y un largo etcétera hasta completar 8 álbumes de estudio y un sinfín de momentos mágicos sobre el escenario lo han convertido en una auténtica estrella. Aunque, sinceramente, no creo que sea tan solo esto (como si fuera poco) lo que hace especial a Carrasco.
Lo primero, por supuesto, que es onubense y eso ya es un plus. Lo segundo, y bromas a parte, su humanidad, su carisma y su cercanía. Factores determinantes que, sin duda, lo han llevado a lo más alto.
Quienes lo han seguido a lo largo de su última gira ya habrán descubierto, sean o no de Huelva, las raíces del eterno isleño. Su carnaval por bandera. Su esencia, su niñez, sus principios. Manuel Carrasco abría hace unas semanas el concierto más esperado en su tierra, Isla Cristina, como no podía ser de otra manera: con imágenes de su infancia cantando y disfrutando de su carnaval.
Quién le iba a decir a "Lolito", como todos le llamaban cariñosamente, que marcaría, años después, un hito en la historia de la música de este país congregando al mayor número de personas en un mismo concierto en lo que va de siglo.
A falta de un día para que la 'Cruz del Mapa' ('Hay que vivir el momento') haga su última parada en la capital andaluza, en su tierra, Huelva, todos viven con él la alegría de haber llegado a la cima. No importa si se saben o no las últimas canciones del artista, tampoco si le han visto o no en directo. En Huelva el apoyo a 'Lolo' es unánime, porque ya forma parte del grupo de onubenses (y de españoles) que serán recordados siempre.
Y es que, como dice mi madre, "el que vale, vale", pero si encima se lo curra y, además, es buena gente, cuenta el doble. Y ese es el ejemplo de Manuel Carrasco. Un triunfito que ha sabido mantenerse. Un amante de la música capaz de romper las leyes de la física y componerle una canción a su tierra en horas. Alguien que da alas a niños y mayores. Alguien que ha enseñado que no importa de dónde vengas, que desde Huelva también se puede.
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