No ha estado mal. Ha habido de (casi) todo. Y hemos aprendido hasta a pronunciar como si nada una palabra tan inusitada como listeriosis, esa infección que nos tuvo en vilo durante el verano, con más de 17 afectados en nuestra provincia, por los efectos del consumo de una carne mechada contaminada… ¡Ay, la sanidad! La primera preocupación para los onubenses en este 2019 que estamos a punto de despedir. No es para menos. Tras años en el furgón de cola de la comunidad andaluza, se abrieron muchas expectativas con el cambio de Gobierno de diciembre del año pasado, que se marcó como primer objetivo poner freno a unas listas de espera insostenibles. Pero aún queda mucho trabajo por hacer y contar, por ejemplo, con un hospital materno infantil (que ya sabemos que como pronto llegará en 2023), o para dejar de ser la única provincia sin un solo chare, esos centros hospitalarios de alta resolución que se distribuyen por toda la comunidad y que aquí aún no tenemos activos, a pesar de tener proyectados tres desde hace más de una década. Menos mal que las donaciones de la Fundación Amancio Ortega no han pasado de largo y que la unidad del dolor (itinerante) ya está operativa.

Aunque dolor de cabeza (y fuerte) nos va a dar el Brexit, el término acuñado para referirse a la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Porque precisamente el mercado exterior es uno de los pilares para fortalecer el tejido empresarial y, de paso, el mercado laboral de esta provincia que navega en las listas del antiguo Inem al antojo de las campañas agrícolas.

Y no está mal, pero hay que avanzar en ese camino, como en el que nos puede llevar a dejar de ser una provincia alejada de todo(s) e inconexa. Este 2019 ha sido un año perdido (otro más) para las infraestructuras. A pesar de la movilización del 15-M para reclamar obras básicas que devuelvan a Huelva lo que durante décadas se le ha negado, la falta de Gobierno en Madrid reprimió cualquier intento de poner sobre la mesa reivindicaciones históricas como el aeropuerto, unas conexiones ferroviarias serias con Sevilla, o el túnel de San Silvestre.

Pero claro, es que ante todo, estos 365 días que estamos a punto de culminar pasarán a los estantes de nuestra memoria como un lapso electoral. Si este tiempo no ha dado para grandes balances políticos en el ámbito nacional, sí los ha dejado en el terreno provincial, donde los socialistas sacaron pecho en abril y aún más en noviembre con la repetición electoral que dejó prácticamente teñido de rojo el mapa provincial, además de aportar un tercer escaño en el Congreso de los Diputados. Seis meses antes, en la capital, Gabriel Cruz se hacía aún más fuerte que en 2015, cuando logró desbancar al PP de la Gran Vía tras 20 años a la cabeza del gobierno local. Esta vez, con una mayoría absoluta para el PSOE que nadie esperaba y que no se veía en la ciudad desde 1991.

Son días de análisis y de proponernos enmendar aquello que sabemos que no hemos hecho bien. Estamos a tiempo y si de verdad queremos que Huelva suba peldaños, debemos actuar. No hay excusas. Entremos con buen pie en la nueva década. ¡Vamos a por el 20!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios