Óscar Lezameta

El ascensor sí que sabe

Ansia viva

El ascensor lo mismo te informa sobre la vida de los pandas, que te recuerda cumpleaños intrascendentes

Ustedes sabían que los osos panda no hibernan porque no acumulan grasa por el bambú que se zampan a diario, o que tal día como hoy nació el poeta Rafael Alberti? Pues yo tampoco hasta que me lo dijo el ascensor. La verdad es que se toma su tiempo hasta llegar al primer piso, pero tiene una pantallita de esas que te informa de cosas tan trascendentes y que te hace salir tan pronto se abren las puertas, más sabio de lo que entraste, algo que siempre es de agradecer.

La verdad es que a veces se le va la olla, especialmente cuando habla del tiempo y eso que esta semana ha tenido ocasiones para lucirse, pero el despliegue de dibujitos en algunos de esos días le da a uno por pensar si no sería mejor que se hubiese quedado en casa. Tampoco se actualiza demasiado; hay alguien que asegura que acababa de leer: "Segovia recibe a Pedro Delgado después de ganar el Tour de Francia" pero creo que exagera. En cualquier caso, no pierdo la esperanza de encontrarme con ese mensaje un día de estos. Eso sí, es de agradecer que en estos tiempos en los que hay peleas por ser el primero en soltar algo por las redes, no el mejor ojo al dato, se agradece esa extraordinaria calma con la que se lo toma el muchacho.

Eso sí, la empresa que lo construyó y que rinde homenaje merecido al inventor de esa auténtica maravilla de la técnica, especialmente diseñada para personas que, como un servidor, odia a muerte las escaleras, invento maligno donde los haya, aprovecha estos días para desearnos feliz Navidad y qué quieren, pues me ha enternecido.

Estoy convencido que, tan pronto nos recuperemos de estos excesos festivos, volveremos a regodearnos con esas cosas tan intranscendentemente apasionantes con las que nos acompaña todos los días. Además, me vale para recordarme felicitarles a todos aquellos que nos acompañan a lo largo del año. ¡Sean felices, coñe, que no cuesta tanto! Dejen aparcada la mala leche y disfruten de la vida, de sus amigos y del inmenso placer de leer algo tan inútil como lo que nos recuerda el señor elevador a diario; sin prisas, como él sólo sabe hacerlo, con la calma de enterarse de algo que no sabía que desconocía y con la entereza que proporciona olvidarlo tan pronto como lo acaba de leer. Eso es lo importante en esta vida. Pues eso, queridos todos, que Feliz Navidad y ánimo que a este año no le queda .

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