Juanma G. Anes
Tú, yo, Caín y Abel
Los afanes
En uno de los últimos tweets de Titania McGrath se puede leer: "Anyone who has ever eaten a cheese sandwich is complicit in cow rape", que podríamos traducir como "Cualquiera que se haya comido un sándwich de queso es cómplice de violación de una vaca". En otro escribe: "The great thing about Critical Theory is that you don't need to have a substantial argument at all. Just use words like 'hegemony' and 'structural' and your opponents will be so confused they'll give up trying to argue" (Lo mejor de la teoría crítica es que no es necesario tener un argumento sustancial en absoluto. Solo usa palabras como 'hegemonía' y 'estructural' y tus oponentes estarán tan confundidos que dejarán de intentar discutir). Pero ¿quién es Titania McGrath?
En realidad, no existe, o sí. Veamos, es una cuenta de Twitter creada por el humorista y escritor inglés Andrew Doyle. Titania McGrath es una parodia, una invención de Doyle que apareció por primera vez en 2018. En la actualidad McGrath tiene más de medio millón de seguidores en la red del pajarito, y este mes ha aparecido en España, publicado por Alianza, su obra Woke. Doyle, perdón McGrath, nos propone en su libro despertar. Despertar del puritanismo y del activismo de la izquierda (o ultraizquierda), intenta desmontar el progresismo, el feminismo 'toca pelotas', intenta hacernos espabilar de nuestro limbo.
Algunos de los capítulos del libro poseen un título hilarante: 'Mi lucha', 'El poder del coño', 'Ecosexualidad' o 'Chúpame el hashtag'. En el fondo Woke es una sátira permanente contra el fascismo actual, porque ese fascismo se encuentra tanto en un lado, como el otro, en ese pseudoprogresismo de matones y censura. El libro es un panfleto defensor de las causas justas, de las personas más desfavorecidas abandonadas por unos y por otros.
Con la lectura de Woke, y después de unos meses de letargo y de tristeza, podremos reírnos un buen rato, disfrutaremos de una frescura a la que no estamos acostumbrados, pues aquí, como en muchos otros sitios, las redes se utilizan o para vanagloria personal o para criticar, insultar y desprestigiar a aquel que posea una actitud o una ideología contraria a la nuestra, y todo esto, en el fondo y con un lenguaje sarcástico, es lo que propone Doyle, perdón McGrath, en este libro.
En otro de los recientes tweets de McGrath puede leerse: "Si Karl Marx estuviera vivo hoy, estaría en su iPhone constantemente, tuiteando sobre los males del capitalismo. Estoy continuando su importante trabajo".
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