Volver a Doñana es siempre un placer, estuvimos muchas veces allí, incluso dormimos en el palacio de Las Marismillas, que es un privilegio de presidentes de este país, después de cenar una bien guisada vaca mostrenca sobre la mesa de caoba en la que operaron y falleció el líder anarquista Buenaventura Durruti tras ser "abatido por un disparo en el pecho en la batalla de la Ciudad Universitaria de Madrid". Volvemos a través de Juan Villa, Juan Francisco Ojeda y Daniel Bilbao, autores del libro Historia portátil de Doñana (Editorial Niebla, 2019), del que nos ocupábamos el pasado día 5. Pero es demasiado breve esta columna para tratar un texto nada voluminoso pero enormemente sustancioso y sugestivo en su intenso contenido sobre un paraje de tanta historia y vicisitudes. Discurre por un itinerario que va desde la Prehistoria hasta nuestros días. Un trabajo tan amplio como complejo y hasta arriesgado, diría yo, para tan apasionante escenario natural.

Del completo y bien documentado relato me atrevería a destacar lo que considero momentos estelares de Doñana o si la expresión les parece pretenciosa, los más trascendentales en su múltiple historial. Se pasa de la Doñana "cerrada a los habitantes de su entorno y alejada de su marginalizada comarca" a la situación que planteó la proclamación de la Segunda República, la Ley de Reforma Agraria de 1932 y al intento de expropiación y parcelación de "una finca fatalista… que tanto provoca a los ciudadanos dado el carácter señorial de su uso"… Quedó parado definitivamente con el advenimiento de la Guerra Civil. Todo registraría un cambio determinante a partir de 1963 cuando surge el primer proyecto conservacionista, en el que serían decisivos protagonistas Mauricio González, "hijo del dueño de un tercio de las tierras", y José Antonio Valverde, quienes, como se dice en el libro, venían desde fuera "a resolver una situación o dar un giro a la trama" y romper "La lógica interna de la historia". Iniciar en suma, lo que hoy es Doñana.

Todo pasa felizmente narrado y documentado por Juan Villa y Juan Francisco Ojeda, con los excelentes dibujos de Daniel Bilbao en esta apasionante Historia portátil de Doñana, con rigor y precisión y también con un regusto sarcástico a veces, tal vez jocosamente mordaz y acibarado en ocasiones. Y se pasa por los mitos románticos de la Doñana reinventada, del polémico Schulten y su legendaria Tartessos, su costumbrismo peculiar… la Doñana que "es hoy un mundo en ebullición, muy lejos de lo que se está dando en llamar la España vacía o vaciada". De hibridez escriben los autores y "de ajustar desarrollo y conservación, locales y foráneos, ocio y negocio y todas las posibles contradicciones que se han dado, se dan y que inevitablemente se van a seguir dando". La sugestiva referencia a dos puntos claves de este entorno de tan singular morfología, El Rocío y Matalascañas, concluye esta historia que uno lee y relee con avidez incontenible.

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