¡Vergonzoso!

El legado del Nobel Juan Ramón Jiménez no puede estar abandonado; es realmente ¡vergonzoso!

El 23 de marzo de 2006 titulaba esta columna Nos duele Fuentepiña, la tumba de Platero. Aunque tenía noticias de su lamentable situación, me hacía eco del artículo publicado dos días antes por Fernando Barranco Molina, ingeniero técnico en Topografía, profesor asociado de la Universidad de Huelva y entrañable compañero en la Academia Iberoamericana de La Rábida, a quien tanto aprecio, titulado La abandonada casa de Fuentepiña. Entre muchos artículos publicados en Huelva Información, es autor del libro Recóndita Huelva, un recorrido histórico-geográfico y sentimental por los parajes mágicos de nuestra provincia consecuencia de su profundo conocimiento sobre los valores del entorno provincial.

La denuncia, valiente, severa y dura como merecía, respaldada con todo nuestro apoyo, resultaba de una particular evidencia para todos, pero especialmente para las instituciones que deben evitar el lamentable estado de paraje tan singular. Por todo lo que recuerda, evoca y significa la memoria de Juan Ramón Jiménez, nuestro Premio Nobel, y por la obligación de su digna conservación por parte de la Fundación, el Ayuntamiento de Moguer y la Junta de Andalucía, a quienes en aquellos artículos invocábamos, y que tienen reconocida responsabilidad en ello. Era más vergonzosa esta situación en una época en que tanto se hablaba del "trienio juanramoniano" y sus celebraciones conmemorativas en el 125 aniversario de su nacimiento y el cincuentenario de la concesión del Nobel. Ignominiosa entonces la condición de un lugar que debe mantenerse con la mayor dignidad para venerar como merece la memoria de Juan Ramón Jiménez.

Han pasado más de once años, ¡once años!, y todo sigue igual o peor, como comprobamos en la información publicada por nuestro periódico hace unos días sobre la dejadez e incuria en que se encuentra. Tanto el presidente del PP en Huelva, Manuel Andrés González, como el coordinador provincial de Izquierda Unida, Pedro Jiménez, denunciaban sin paliativos "el poco interés en la preservación de los bienes culturales" y el abandono de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Moguer, urgiendo medidas para "la puesta en valor y promoción de Fuentepiña". En estas páginas se incidía el pasado domingo: "La situación en que se encuentra la finca Fuentepiña y el Pino de Platero es lastimosa y requiere de una actuación firme y decidida. El legado del Nobel Juan Ramón Jiménez no puede estar abandonado". Es realmente ¡vergonzoso!

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