V de los playeros o El camino de la mar son las denominaciones más populares con las que se conoce la carretera que conduce desde Rociana a Mazagón (25 km., de los cuales 3 están intransitables). Un itinerario directo y cómodo que antiguamente recorrían quienes en bestias y camiones, emprendían su ruta hacia la costa para disfrutar de los antiguos ranchos, efímeras instalaciones a la orilla oceánica para gozo veraniego especialmente de rocianeros y bonariegos. Me ocupaba de ello en octubre pasado a raíz de una demanda respaldada por cerca de cuatro mil firmas, de una plataforma ciudadana, solicitando el arreglo de esta vía. Sólo hace unos días, el 26 de mayo pasado, esta entidad volvía a reclamar el arreglo y asfaltado del llamado Camino de la Mar, tras determinadas promesas y buenas palabras y la interpelación en el Parlamento de Andalucía del portavoz de Ciudadanos en la provincia de Huelva, Julio Díaz, solicitando que el Gobierno andaluz estudie el estado de esta carretera "importante para el desarrollo turístico y agrícola de la zona, que atraviesa el Condado". En muchas ocasiones hemos utilizado esta atractiva ruta, singularmente cuando desde Mazagón nos hemos dirigido a Almonte, donde la Virgen del Rocío cada 7 años se venera en la parroquia de la Asunción de la localidad almonteña, circulando especialmente por el desvío que pasa por Bodegones, Villarejo y Cabezudos (trayectos inmediatos que siguen hermandades rocieras). Algo que podríamos repetir el año próximo con esta tradicional y grata circunstancia y celebración del Año Jubilar Rociero. Pero no parece posible cuando el presidente de la plataforma, Juan de Dios Soriano, tras varias reuniones con los responsables de la Consejería de Medio Ambiente y el delegado Territorial en Huelva, a quienes trasladó la demanda unánime de la comarca para que se asfalte esta antigua vía forestal, que entre otros discurre por el bellísimo paraje del Arboreto del Villar, único en su género, nada se ha hecho al respecto. Y todo ello planteándose diversas alternativas que permitirían el acondicionamiento de la vía "sin la menor incidencia sobre la fauna y la flora" de estos lugares. Como escribimos en su día todo ello contribuía también a descongestionar otras comunicaciones más o menos adyacentes y haría más fluidos los itinerarios hacia estas playas del Levante onubense. Supondría un considerable alivio al intenso tráfico veraniego. El deterioro de esta carretera, la abusiva instalación de badenes y el abandono de su mantenimiento desaconsejaron su uso. Me consta que referirse a la restauración de una carretera en territorio protegido por razones medioambientales y el famoso programa Life, son palabras mayores y políticamente incorrecto. Pero su viabilidad beneficiaría la fluidez de los distintos tráficos y la apertura turística a zonas de singular encanto natural. Vaya lo uno por lo otro en beneficio de todos.

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