En diversas ocasiones me he ocupado de los cabezos y de El Conquero en particular como símbolos de la vieja metrópoli onubense, ayer, hoy y siempre. El Conquero no ha visto mejorada, ni utilizada ni adecuadamente aprovechada su peculiar estética natural. Edificaciones excesivas, mal situadas, proyectadas y elevadas en una época en que todo valía al capricho de entidades o administraciones ajenas a toda voluntad ciudadana y realizaciones posteriores, exentas de toda identificación con el propio territorio natural, auténticos adefesios, presuntamente ornamentales, absolutos testaferros de la verdadera adecuación al entorno, deteriorados por el tiempo, la intemperie y la falta de atención, consecuencia lógica de los errores técnicos y poco apropiados de su instalación, han contribuido a afear más el paisaje en lugar de favorecerlo como debió ser su destino. La imagen idílica del Conquero ha sufrido una evidente erosión y deterioro estético que viene padeciendo este paraje aventajado de Huelva, singular atalaya ciudadana y territorio propicio para el exorno natural y recreo de los onubenses. Por ello y desde toda equidad y ponderación me pareció muy plausible la propuesta de Mesa de la Ría de declarar los cabezos de Huelva Monumento Natural. Más allá de la denominación por la necesidad de su conservación y sobre todo por mantener el valor singular de unas señas de identidad de la ciudad, su entidad arqueológica, estatigráfica, semidentológica y paleontológica, que, por sí misma, demanda esa lógica preservación. El Conquero es una muestra de la incuria, el abandono, la destrucción y la desaparición incluso de los cabezos de Huelva y la amenaza de nuevos atropellos en estos parajes tan entrañables para nuestra ciudad. Cuando tantas y tantas propuestas aprobadas se quedaron sobre la mesa y no se ejecutaron por la última Corporación Municipal, en éste y otros temas, resultan oportunas y diligentes las alegaciones presentadas por Mesa de la Ría contra el proyecto urbanístico del cabezo de Mundaka, que, según hace constar; "además de innecesario es una aberración y un atentado al patrimonio natural de la ciudad, así como una agresión a una seña de identidad de esta ciudad". Este colectivo siempre activo en su gestión a favor de los justos intereses de Huelva, entiende que "el proyecto debe ser paralizado de inmediato y proceder a la necesaria y urgente revisión del PGOU", ya que el plan actual de 1999 "incumple el Convenio Europeo de Protección del Paisaje, que fue suscrito por el Gobierno en 2007 y que entró en vigor en 2008" con el objetivo de proteger las joyas paisajísticas de Huelva. Las alegaciones de Mesa de la Ría junto a otras reivindicaciones de plataformas, asociaciones y muchos onubenses, deben mover a los gestores municipales, donde no siempre es fácil encontrar rasgos de sensibilidad por estos temas, a paralizar el proyecto y preservar definitivamente estos parajes naturales.

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