Problemas complejos y difíciles

¿A qué está de acuerdo conmigo?¡Cuánto mediocre está donde no debería!

Cuando se acude a un profesional, sea de manera pública o privada, muchas veces no son para asuntos de gran envergadura, por lo que, en general, aciertan con la solución. Además, hay que admitir que algunas de las cosas que les planteemos, sin saberlo entonces, se resolverán solas con el transcurso del tiempo. De todas formas, es apropiado consultarle cuando nuestro conocimiento es limitado para tomar ciertas decisiones o porque no tenemos capacidad para realizar lo que sea adecuado y delegamos en él. Gracias a esto, todos contentos y, así, nuestra valoración de ese profesional suele ser generosa y lo catalogamos como bueno. Pero donde realmente se comprueba que alguien tiene de verdad de valía en el desempeño de su rol laboral o de lo que le corresponda, es cuando aparecen situaciones problemáticas complejas y difíciles. Ahí es donde la rutina de lo cotidiano y lo prosaico no ofrece vías para solventar tales adversidades y es donde tiene que dar la talla. Teniendo en cuenta esto y observando el panorama presente, ¿con qué nos encontramos? Pues con un nutrido grupo de políticos y de personajes públicos que no la dan para los problemas -y repito- complejos y difíciles que vivimos. Es gente que solo son útiles o pasables cuando todo va bien o, por lo menos, no demasiado mal; si bien, esto hay que decirlo con reservas, porque puede hacer que las cosas empeoren, por su poca gana de trabajar, su falta de talento o por sus tontas o caducas innovaciones, su inmadurez o por sus débiles planteamientos que únicamente conducen a caminos desastrosos. Dicho esto, ¿qué le parece la ministra Irene Montero? ¿Está a la altura de las circunstancias o le aplicamos el principio de Peter, sí ese que dice que todo "empleado tiende a ascender hasta su máximo nivel de incompetencia"? Lo de "empleado" podemos sustituirlo por "político o política" -dado el contexto, hay que ser políticamente correcto-, por "celebridad" o por cualquier otra categoría. ¿Y que me dice de las infantas Elena y Cristina? Sí, ¿de las que de camino que veían a su padre en los Emiratos Árabes han aprovechado para vacunarse, sin esperar como los demás españoles, y que, aunque ya no son de la familia real, seguro que habrán ido con escolta que pagamos todos? ¿Y qué opina de Fernando Simón, quien una y otra vez no para de pedir disculpas por sus meteduras de pata? Con estos ejemplos, es suficiente; pero hay muchos más, claro que los hay. ¿A qué está de acuerdo conmigo? ¡Cuánto mediocre estando donde no debería!

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