
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
A Montero no le salen las cuentas
La esquina
La semana ha sido estupenda para Pedro Sánchez, que ya tiene Presupuestos para 2021 y, en la práctica, estabilidad durante toda la legislatura, y aún mejor para Pablo Iglesias, que disfruta de los mismos logros más el doble beneficio de continuar en el poder, aunque se reduzca su tirón electoral, y haberse quitado de encima la competencia de Ciudadanos como posible socio alternativo del PSOE. Doble o triple: su proyecto político para el futuro de España ha avanzado en estos días mucho más que en todos los años anteriores.
El proyecto Iglesias pasa por cerrar el paso a la derecha consolidando y reforzando la alianza de la izquierda estatal -circunstancialmente liderada por la socialdemocracia- con las fuerzas nacionalistas de los territorios ricos a las que se concederá el derecho de autodeterminación -o sea, la independencia- bajo el formato institucional de repúblicas confederales. A esto lo llaman bloque progresista, sin mucha propiedad. ¿Qué tiene de progresista consagrar la desigualdad entre los españoles, la disgregación de una nación próspera y el nacionalismo supremacista e insolidario (valga la redundancia)?
Todos los gobernantes de la democracia, de Suárez a Rajoy, de González a Aznar, han hecho concesiones al nacionalismo cuando se encontraban en mayorías precarias. Normalmente, cesiones de dinero, que son las más llamativas, y de poder, que son las trascendentales. En las negociaciones de los PGE de 2021 Sánchez ha aumentado en 300 millones la cantidad fijada para Cataluña en el borrador de las cuentas públicas y se ha superado por vez primera el porcentaje de inversión previsto en el Estatut. Para conseguir el apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya.
Pero son más importantes, y peligrosas, las concesiones políticas. Como la de suprimir el control de los gastos impuesta a la Generalitat para impedir que invirtiera en el proceso independentista sin que hayan renunciado a él, sino todo lo contrario, o la de crear un comité Gobierno-ERC para la armonización fiscal de las comunidades autónomas, cuyo objetivo explícito es prohibirle a la Comunidad de Madrid que siga bajando impuestos, asunto que en todo caso debe negociarse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, no a medias con el partido que patrocinó un golpe de Estado y no se arrepiente de ello. O la de entregar, al PNV, los terrenos de un cuartel de militar que hace nada era "de vital importancia".
También te puede interesar
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
A Montero no le salen las cuentas
El mundo de ayer
Rafael Castaño
Muertos que caminan
La ciudad y los días
Carlos Colón
Desahogo, desahogada
Quizás
Mikel Lejarza
Charcos
Lo último